El mercado de VeganFest deja buen gusto en Grado, con lleno en Los Dolores y mucha repostería

Éxito de público en la plaza y en la capilla en una cita por primera vez en la villa y en la que hubo varios puestos de dulces

Paula Tamargo

Paula Tamargo

Era la primera vez que Grado acogía una experiencia de este tipo y resultó ser todo un éxito. El primer mercado vegano celebrado en la villa tuvo muchísimo público, al que gustaron las propuestas de los cuarenta expositores presentes con comida, dulces, jabones, velas, ropa y un sinfín de productos "que no contribuyen a la explotación animal". Fue una cita diferente, que se unió al tradicional mercado de los domingos como oferta añadida en la capital moscona, aunque separado espacialmente de este, pues se eligió la plaza de Los Dolores y el interior de la capilla para este evento organizado por el colectivo VeganFest Asturias, con la colaboración de entidades como DEBA (Defensa del Bienestar Animal) y apoyo municipal.

Se vio mucha variedad en los puestos, pero si algo predominó fue la comida. Entre quienes trajeron propuestas dulces y saladas, Ruth Álvarez, con pastelería vegana en Oviedo y para quien la cita de Grado era curiosamente su primer mercado, pues nunca había acudido a una cita de este tipo. Todo lo que hace es vegano. Repostería y bollos no llevan ni lácteos ni huevo y afirma que no resulta dificultoso hacerlo así. "Muchas cosas pueden suprimirse directamente, no hace falta usarlas", indica.

¿Y con qué se rellenan las piezas saladas? Con texturizados de soja, de guisantes, incluso de alguna legumbre... Proteína, pero vegetal, explica a quien se interesa por ello. De momento, tiene la tienda física en la Avenida Colón de Oviedo y está montando una tienda online, aunque tiene cuentas en redes sociales donde pueden verse sus productos, los de "Dolce Capriccio", como se llama su firma. A ella la experiencia de un domingo en Grado le ha gustado, en general. "Nunca había estado en el mercado dominical y la verdad me parece que es una buena opción", asevera.

Cerca de ella están con productos de repostería que llaman la atención nada más acceder a la Plaza de los Dolores Nataly Gabibova y Rafael Gabibov, matrimonio de Crimea que lleva un tiempo en Asturias, en El Entrego y que elaboran dulces de irresistible aspecto que también están disponibles en Oviedo para quien quiera probarlos. Los tienen en "Coffee Stories", en la calle del Águila, al lado de la Catedral, y son la especialidad con la que esta pareja estaba ayer en el mercado vegano moscón. Con algunas dificultades aún con el idioma, sí destacaron que la propuesta del VeganFest les ha gustado, como también conocer Grado, en este caso la villa.

Jabones artesanos, velas o ambientadores naturales también fueron los protagonistas de varios de los puestos de la cita. Entre quienes llevaron este tipo de productos al mercado, Iván Fernández y Susana Poncelas, navarros asentados en Yernes y Tameza desde hace cuatro años, cuando decidieron cambiar de vida e iniciar una nueva en este pequeño concejo vecino de Grado.

"Unos amigos se mataron haciendo barranquismo. Nos cambiaron un poco las tornas de vida, aterrizamos en Yernes y Tameza y estamos encantados", explican.

Con gran amabilidad y siempre una sonrisa, él cuenta que está en un plan de empleo del Ayuntamiento, aunque ya termina. Y que se han comprado una "casina" en cuya planta baja tienen el taller artesano. "Hacemos jabones, velas, llaveros... Incluso los moldes para los recipientes de las velas los hacemos nosotros. Nos movemos por toda Asturias. Estamos en un grupo de mercados y fiestas y así te vas enterando y apuntando", comenta Iván Fernández detrás del stand donde la variedad de jabones es inmensa.

En el interior de la capilla de los Dolores hubo actividades diversas y charlas para todos los públicos, también con notable éxito de afluencia. La edil de Mercados de Grado, Lorena Álvarez Cabo, destacó que el objetivo de la cita, que registró mucha afluencia, también ha sido dar a conocer Grado como localidad que tiene de todo para optar por una vida saludable, empezando por la calidad de los alimentos que se producen en sus afamadas huertas.

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