Grado, cuna de aprendices: breve historia de 175 años de vínculo con Trubia

Antonio Cuestas, ingeniero y antiguo aprendiz, firma este artículo basado en algunas de las consideraciones que hizo durante la presentación en la capital moscona de la revista "Villa y Alfoz"

Antonio Cuestas, segundo por la izquierda, en uniforme de gala, con compañeros, de Grado y Candamo.

Antonio Cuestas, segundo por la izquierda, en uniforme de gala, con compañeros, de Grado y Candamo. / A. C.

A. C.

Grado

Trubia formó parte del concejo de Grado hasta 1885, cuando pasó a integrarse en el de Oviedo. Durante esos años, desde la fundación de la Fábrica de Armas en 1794, Grado era el municipio del que dependían los miles de obreros y aprendices.

Es decir, quienes trabajaban en la Fábrica de Armas desde sus inicios estaban oficialmente en este concejo. Y cuando en 1850 comenzaron a formarse los primeros aprendices, también lo eran. Durante décadas: 91 años como obreros, 35 como aprendices.

Durante ese primer siglo de la factoría, hablar de Trubia era hablar de Grado. Y aunque el mapa haya cambiado, ese vínculo no ha desaparecido. Muchos de los mejores técnicos, operarios y aprendices que pasaron por la fábrica fueron —y siguen siendo, aunque cada vez menos— de Grado. En todas las promociones hubo moscones. También en la mía.

Ese vínculo, que algunos podrían considerar anecdótico, adquiere hoy un valor especial al celebrarse los 175 años de la fundación de la Escuela de Aprendices. Una institución pionera que, aunque lo de "Dual" es reciente, ya se practicaba diariamente, sin necesidad de tanta terminología: combinar el aprendizaje teórico con la práctica diaria en los talleres.

Los pedagogos modernos siguen buscando, pero en este campo, aunque se empeñen en cambiar y muchas veces estropearlo, ya hay muchas cosas "inventadas" y, lo que es mejor: que se ha comprobado una y otra vez que funcionan. Que lo que estudias en los libros lo pongas en práctica, y lo que haces en la práctica lo estudies en los libros, sigue siendo un método de enseñanza insuperable.

La conmemoración del 175 aniversario no es solo una efeméride histórica. Es una oportunidad para mirar con perspectiva lo que significó esa escuela: un modelo de formación, una comunidad de aprendizajes cruzados y un punto de encuentro entre personas, concejos y generaciones. El Ayuntamiento de Grado ha querido sumarse a este reconocimiento, reforzando un vínculo que, más allá de lo administrativo, sigue siendo cultural y humano.

Hoy, cuando apenas quedan 40 aprendices en activo en la fábrica, conviene recordar de dónde venimos. Porque no hay futuro posible sin conciencia del pasado. Y porque, indudablemente, la historia de los aprendices de Trubia también pasa por Grado.

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