Un plan perfecto muy cerca de Oviedo: tres pueblos con encanto que querrás conocer en la zona rural de Grado

Villanueva, Sama y Báscones albergan joyas del patrimonio moscón y se enclavan en espectaculares parajes naturales para visitar en un día o una tarde

Torre de Villanueva.

Torre de Villanueva. / P. T.

Paula Tamargo

Paula Tamargo

Grado

Grado cuenta con rincones espectaculares para pasar un día o una tarde y todos están muy cerca, a menos de media hora de Oviedo en trayectos que en su mayor parte se hacen por una cómoda autovía desde la capital asturiana hasta la villa. Son muchos los pueblos con encanto que pueden visitarse en el concejo moscón, entre ellos los tres que se proponen a continuación, con los que se puede ir abriendo boca para conocer la zona rural del municipio, donde se guarda una parte del patrimonio más notable en parajes de una belleza paisajística que sorprenderán al visitante.

Una escuela indiana con Quijote, Sancho y Dulcinea

Uno de los pueblos más bonitos de Grado es Sama. Nada más llegar a la localidad destacan sus hórreos, casonas palaciegas e iglesia, que se pueden ver en un rápido paseo entre casas muy cuidadas diseminadas por el centro del núcleo o repartidas por las laderas que lo rodean. Lo que no debe perderse el visitante es la escuela indiana, única en Asturias por su decoración exterior con azulejos que representan escenas de El Quijote. Se ven en el exterior del edificio, situado en medio de una parcela con finca que está abierta.

Se trata además de un lugar con mucha historia, la de un acaudalado hombre que hizo fortuna en la emigración y dedicó el edificio a la memoria de su hija fallecida. A Sama se llega desde Grado o bien cogiendo el desvío que hay en Trubia, más allá de la Fábrica de Armas.

Un buen lugar para dejar el coche en el pueblo de Sama sin molestar a nadie es la explanada de la iglesia, donde hay abundante espacio.

Otra de las opciones de zonas rurales con mucho encanto es Villanueva, donde se alza la monumental Torre de Villanueva, declarada Bien de Interés Cultural (BIC) y uno de los tesoros del patrimonio de Grado. Hay que verla desde fuera, sin traspasar el espacio que forma parte ya de la zona de viviendas privada, pues hay dos habitadas en este complejo de origen medieval.

En todo caso se ve perfectamente desde el exterior y merece la pena hacer a pie el paseo desde la zona del pequeño puente que cruza el río hasta la zona delantera de la torre. Si después se sigue caminando, girando a la derecha, detrás hallaremos la capilla de Villanueva, en ruinas, pero que conserva en su decadencia un aspecto imponente que da fe de lo magnífica que debió ser en su día. No hay que irse sin verla.

Panorámicas desde lo alto

Si apetece contemplar el conjunto con altura, antes de llegar a Villanueva, hay un desvío a la izquierda muy cerca de unos bares merendero con los que se da pasando la localidad de Alcubiella. Si ascendemos con el coche, al poco, desde la propia carretera se nos ofrecerán unas panorámicas espectaculares de la torre elevada sobre un mar de verde, pues aún en verano esta zona de Grado conserva todo el esplendor de la exhuberante naturaleza asturiana.

En el trayecto camino a Villanueva para ver la torre de cerca, tras pasar Llantrales y Alcubiella y continuar de frente, hay un desvío a mano derecha con un cartel indicador de la torre, de color marrón aunque es pequeño y puede costar percibirlo. Se desciende desde aquí por una pequeña cuesta y se encuentra un puente. Al pasarlo hay hueco para dejar el coche unos minutos mientras vemos la torre y la capilla que se ven al final del camino que se nos abre desde este punto.

Y otro plan para ir conociendo los parajes más hermosos de la zona rural de Grado está en Báscones, donde vamos a ver otra torre y un magnífico conjunto palaciego, cerca de una iglesia con mucha historia y en mitad de un bosque con un río, elementos que conforman un paraje que parece sacado de un cuento.

La torre de Báscones es otra joya del patrimonio de Grado y visitarla (también desde el exterior, es una propiedad privada) es posible haciendo una pequeña caminata, si se deja el vehículo cerca de una vieja cantera próxima, o bien llegando con el coche hasta la zona del palacio.

Naturaleza y paz

Para bajar hasta la zona de la iglesia de Báscones, una preciosidad embellecida por su entorno, se camina junto al río, con la vista de la torre a nuestro lateral izquierdo. Sentarse un rato en el exterior del templo es una gozada para quienes amen la naturaleza y la paz de los lugares escasamente poblados.

El entorno de la Torre de Báscones es un bosque antiguo y desde el conjunto palaciego se podía bajar directamente hasta la iglesia. De hecho, queda junto al templo la puerta que fue (y es) acceso desde la casona noble a la iglesia de la localidad, recuperada gracias al empeño y trabajo vecinal.

Los detalles para llegar hasta Báscones, su torre y sobre todo lo que encontraremos haciendo esta ruta se pueden leer en el artículo relaciondado a continuación:

Ninguno de estos tres parajes está habilitado para recibir visitas masivas, sino que se trata de zonas rurales y tranquilas para conocer en familia o grupos pequeños a los que guste disfrutar de entornos en los que el sonido de la naturaleza o las labores de las caserías es lo único que se oye durante la jornada.

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