El fundador de El Infierno, la histórica sidrería de Grado, se pone cara con una foto de 1890: este el lugar donde puedes ver la imagen

El establecimiento, uno de los más populares de la villa, abrió en el siglo XIX y permaneció activo hasta 1996

El fundador de El Infierno, con Clara González Miranda, en el balcón, sobre 1890. Detrás, una galería que aún existe y vista parcial de la iglesia de San Pedro.

El fundador de El Infierno, con Clara González Miranda, en el balcón, sobre 1890. Detrás, una galería que aún existe y vista parcial de la iglesia de San Pedro. / Museo "Villa ya Mercáu"

Paula Tamargo

Paula Tamargo

Grado

La historia de Grado está repleta de personajes ilustres, hombres y mujeres emprendedores que destacaron en su tiempo en distintas facetas. Entre ellos, como no podía ser de otro modo en una villa con grandes sagas de comerciantes, hay figuras emblemáticas de este sector y también del de la hostelería. En este último gremio se podría encuadrar al fundador de El Infierno, histórico local moscón que ya no existe y que fue la más famosa sidrería que haya tenido la comarca.

En el "Museo Villa ya Mercáu" existe una fotografía de este hombre, que se llamaba Braulio Flórez Aguirre, tal y como confirman sus descendientes (un error en el equipamiento moscón le atribuye incorrectamente el apellido "Gómez"). En la imagen, tomada en torno a 1890, aparece acompañado por Clara González Miranda en un balcón de un edificio cercano a la iglesia. Merece la pena pasar a verla por el museo y recorrer la sala en la que se encuentra, con imágenes y piezas sobre el comercio local y el mercado en el último siglo e incluso más atrás en el tiempo.

Llagar con producción propia

El Infierno, tal y como ha escrito el cronista oficial de Grado, Gustavo Adolfo Fernández, fue la sidrería de más larga trayectoria y más popular del concejo. Se fundó en el siglo XIX "como llagar con producción propia que se mantuvo hasta 1982" y "continuó ya como sidrería hasta que el 26 de agosto de 1996 cerraba sus puertas", explica Fernández en un magnífico artículo dedicado a la historia de la sidra en el municipio.

"Hablar de El Infierno es hacerlo del lugar de encuentro de todo un pueblo, donde se daban cita personas de todas las generaciones. Quizá por eso no ha de extrañarnos que allá por 1943 se fundara en El Infierno la Hermandad de Santiago y Santa Ana", cuenta el trabajo del cronista de Grado, en el que se desvelan multitud de detalles curiosos, como el que se refiere a que en este lugar, hoy desaparecido, nació la emblemática Hermandad.

Espichas y voladores

"Las espichas de este llagar se anunciaban lanzando dos voladores, momento en el que se abrían las barricas y se vendía la sidra por culinos. Si en El Infierno se tiraban dos voladores, en Casa Sindo era uno el que explotaba, así todos los moscones sabían distinguir cuál de estos dos llagares era el que había abierto un tonel de sidra, acto que se denominaba 'romper", dice el texto de Gustavo Adolfo Fernández.

Imagen completa, tal y como puede verse en el museo.

Imagen completa, tal y como puede verse en el museo. / Museo "Villa ya Mercáu" de Grado

El Museo "Villa ya Mercáu" donde puede verse esta foto de los primeros dueños de El Infierno, está ubicado en el palacio Fontela, en la calle Eduardo Sierra, en cuya planta baja se localiza también la Oficina de Turismo. Está abierto los miércoles, jueves y viernes de 10.00 a 15.00 horas, el sábado de 11.00 a 17.30 horas y el domingo de 11.00 a 16.00 horas. Los lunes y martes está cerrado.

Tras unos excepcionales cerrado, abre de nuevo este 3 de julio. También de manera puntual permancerá cerrado los miércoles 20 y 27 de agosto.

A unos pocos minutos a pie del museo, el visitante puede dirigirse hacia la zona de la iglesia parroquial y buscar el balcón donde se hizo la antiquísima foto que ha visto y, después, subir hasta la plaza del templo y entrar, a mano derecha hasta la Travesía de El Infierno, pues el rincón donde se ubicó este emblemático establecimiento lo homenajea llevando su nombre.

Cartel de la emblemática sidrería, a la entrada del establecimiento, cuando aún estaba abierto.

Cartel de la emblemática sidrería, a la entrada del establecimiento, cuando aún estaba abierto. / Nando F. Arias

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