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La experiencia del intercambio en Boston de los alumnos del IES Ramón Areces de Grado: “Fue maravilloso, para repetir sin duda"

Una veintena de jóvenes descubren la vida y el sistema educativo de Estados Unidos: “Hay muchas diferencias y más libertad”

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Cuenta Celia Álvarez que fue su madre la que le obligó a dar el paso y afrontar la experiencia. “Me echaba atrás la barrera del idioma, pero después de vivirlo, repetiría 1.000 veces seguro, fue maravilloso”, confiesa. “Pues yo tuve que insistirles a los míos para que me dejasen, es una cosa que vives una vez en la vida”, añade a su lado su compañera Paula Arnaldo. Son dos de las estudiantes del IES Ramón Areces de Grado, que vivieron la actividad de intercambio que lleva ya tiempo desarrollando el centro educativo, y que cada dos años permite a una veintena de estudiantes vivir en Estados Unidos con una familia, asistir a un centro educativo, y conocer el país.

Fueron exactamente 21 los alumnos, de cuarto de Secundaria y primero de Bachillerato, los que asistieron junto a Chema González, jefe de estudios y profesor de inglés; y Fernanda García, profesora y coordinadora de la sección bilingüe del instituto. Se alojaron en el pueblo de Lincoln-Sudbury, a unos 40 minutos de Boston. Y asistieron a las clases en el Lincoln-Sudbury Regional High School. Además para abril serán los alumnos americanos los que devolverán la visita.

Cambio de horarios y actividades

“Lo que me llevó a animarme a participar fue conocer un nuevo continente, un país en el que nunca había estado, otra cultura y costumbres y saber cómo era la vida allí”, explica Álvaro Pérez, al que le gustaría estudiar algo relacionado con el deporte en el futuro, ya que ahora además juega en la cantera del Oviedo como portero.

“Me llamó la atención que las clases eran como más libres, podías levantarte e ir al baño y volver sin pedir permiso. Cada semana se cambiaban los horarios, y se ofrecían muchas actividades, que me gustó que hubiera muchas relacionadas con el deporte”, subraya. Respecto a la vida cotidiana se sorprendió con el hecho de que con 16 años se pueda tener carné e ir conduciendo al instituto: “Cambian muchas cosas, cenar horas muy tempranas, o que las fiestas sean en casas y no en bares”.

El instituto en el que realizaron los estudios durante el intercambio.

El instituto en el que realizaron los estudios durante el intercambio. / IES Ramón Areces

Durante su estancia de cerca de dos semanas en Estados Unidos pudieron conocer Boston y Nueva York. “Me encantó Times Square”, relata Celia Álvarez, encantada con el trato de la familia con la que residió: “Se portaron muy bien, cualquier cosa que necesitaba ahí estaban”. Y también traslada su visión sobre si el modelo americano podría triunfar en España para los institutos: “Aquí no valdría, habría mucho descontrol seguro. Esa flexibilidad y libertad era interesante, pero en España no la veo”.

“Quiero ser profesora de inglés. Noto mogollón el avance de lo que mejoré con el idioma con respecto a antes de marchar”, apunta Paula Arnaldo, que ve como dato positivo “un ambiente más universitario en los institutos, porque hay más optativas para escoger, y puedes ir preparando ya más tu futuro”. También cuenta que mantiene el contacto con la familia con la que residió allí y los compañeros del instituto: “Nos escribimos y ya estamos esperando a recibirlos aquí y reencontrarnos”.

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