Gracias a su sensor electroquímico de uno por tres centímetros, la empresa Metrohm DropSens, galardonada con el premio a la Empresa innovadora, no ha parado de avanzar desde que se creó en la Universidad de Oviedo en 2006 hasta la actualidad.
Durante los primeros ocho años, la firma creció a un ritmo del 25% anual y en los últimos ejercicios ha ido al 10%. "No somos una empresa de sprint, nosotros corremos una maratón, vamos como hormiguitas creando los cimientos", afirman David Hernández y Pablo Fanjul, sus fundadores.
DropSens ha incorporado, gracias a su labor en I+D+i, los últimos avances tecnológicos a la electroquímica, aprovechando las ventajas que ofrece la nanotecnología. Metrohm DropSens participa actualmente en varios proyectos internacionales de investigación.
En Llanera cuenta con oficinas, laboratorios y un aparcamiento subterráneo, además de espacios de convivencia y descanso para los trabajadores. El imponente inmueble simboliza también la apuesta por seguir avanzando y creciendo también en personal.
La dirección de la compañía decidió que el Parque Tecnológico de Asturias era el lugar perfecto en el que construir una nueva sede que pudiera albergar al conjunto de su plantilla. Hasta hace poco, 30 de sus empleados desarrollaban su labor en el Vivero de Ciencias de la Salud de Oviedo, y otros 30 hacían lo propio en el concejo llanerense, una situación que se venía produciendo desde que el grupo suizo Metrohm entró en la empresa tecnológica.
El aumento de las líneas de negocio de la firma, especializada en el desarrollo y fabricación de sensores electroquímicos, hizo que se buscase una nueva nave en la que poder unificar la plantilla, y con ello continuar con el crecimiento empresarial.
Metrohm DropSens aspira a seguir innovando y desarrollando nuevas aplicaciones para el campo científico-tecnológico con la misma filosofía que los ha llevado desde el laboratorio de la Universidad de Oviedo a ser una de las empresas punteras del sector a nivel mundial, una evolución sostenida y equilibrada desde Asturias y para el mundo.
David Hernández, doctor en Química, fundador y propietario de la compañía, y el también doctor en Química y dueño de la empresa Pablo Fanjul desarrollaron con el catedrático de Análisis Electroquímicos Agustín Costa, ya fallecido, un electrodo serigrafiado que tiene distintas aplicaciones en la ciencia. Fue el inicio de una compañía que participa en varios proyectos internacionales de investigación.