Con esta previsión en mente nació hace algo más de un año Evolving Therapeutics, una spin-off de la Universitat de València creada para combatir las bacterias multirresistentes mediante virus que se alimentan de ellas. El Banco Sabadell, junto a Levante-EMV, Información y Mediterráneo, ha decidido premiar el potencial de la startup valenciana.
Hasta la fecha, Evolving Therapeutics ha tratado a 15 personas de manera compasiva —a la espera de tener autorización para esa indicación concreta pese a haber demostrado su eficacia— y también ha empleado los bacteriófagos en usos no humanos, como la desinfección de aguas residuales o el tratamiento de plantas de cultivos afectados por la bacteria Xylella fastidiosa en las Islas Baleares. Los antecedentes de Evolving Therapeutics se remontan a la década de los 2000. La doctora Pilar Domingo-Calap llevaba años investigando los bacteriófagos desde su grupo de la UV cuando un padre le pidió utilizar sus conocimientos para tratar a su hijo. El niño esperaba un trasplante pulmonar, pero no podía recibirlo porque portaba una bacteria multirresistente. Con el microorganismo activo podía desarrollar una infección mortal.
Entonces, el grupo de Domingo-Calap puso en marcha un crowdfunding al que se sumó la Fundación Española de Fibrosis Quística. Las donaciones ascendieron a 150.000 euros y permitieron realizar tratamientos de uso compasivo en personas. Aquel precedente cristalizó en una idea de negocio. Evolving Therapeutics,que nació con 180.000 euros de «capital semilla» aportado por la Fundación Respiralia, obtiene sus beneficios aplicando los fagos en granjas, industria y medio ambiente. «Los tratamientos en humanos los estamos haciendo de manera altruista», cuenta Marisa Domingo-Calap, cofundadora de Evolving Therapeutics.
«El mal uso y abuso de los antibióticos ha hecho que estas bacterias desarrollen resistencia. No hay tratamientos eficaces. En otros países han hecho cócteles de fagos o fórmulas mágicas, pero nosotros trabajamos cada caso de manera personalizada». Significa que identifican la bacteria diana y la ataca con un virus que utiliza la maquinaria celular de dicha bacteria para reproducirse. Cuando la devora, el virus muere sin dejar rastro. Entre los casos de éxito está el de Irene Nevado, diagnosticada de fibrosis quística dos meses después de nacer en Madrid hace 44 años. Irene está trasplantada de los dos pulmones y llevaba meses haciendo vida normal cuando una infección por pseudomonas volvió a colapsar su sistema respiratorio.
La cortisona no hacía efecto, de modo que contactó con la Fundación Respiralia y esta la derivó al Instituto de Biología Integrativa de Sistemas de la doctora Domingo-Calap, que preparó un lavado nasal de fagos. Su capacidad pulmonar aumentó en cinco días. Demostrada su eficacia y con margen de crecimiento—económico y físico, están preparando un laboratorio más grande—, en el horizonte de Evolving aparece un único contratiempo: la Agencia Española del Medicamento les ha pedido testar su producto en un ensayo clínico. Esto costaría unos 50 millones y supondría dar un rodeo para llegar a donde ya se encuentran. El punto de ayudar a las personas. «Estamos en reuniones para explorar otras vías. Si finalmente nos requieren el ensayo, dejaríamos de hacer tratamientos altruistas y buscaríamos otras fuentes de financiación», cuentan.