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Ciencia e innovación: la fórmula para un futuro sin humo

La ciencia e innovación ya se han instalado en todos los sectores para mejorar la vida de las personas en ámbitos muy diversos, mejorando nuestras rutinas y nuestro estilo de vida.



El acceso a estos desarrollos debe ir acompañado de información veraz que pueda favorecer la toma de las mejores decisiones en base a la evidencia que los avala.

La sociedad demanda soluciones alternativas al daño que provoca el tabaquismo; sin embargo, los datos demuestran que existe una elevada desinformación sobre la ciencia detrás de las nuevas alternativas sin humo.

Por supuesto, la mejor decisión que se puede tomar para reducir los daños asociados al tabaquismo, para los fumadores adultos, es dejar por completo el consumo de tabaco y nicotina, o no haber empezado nunca.

Pero, dado que la OMS estima que aun para 2025 el número de fumadores se va a mantener prácticamente inamovible (unos 1.000 millones en todo el mundo), para aquellos que van a continuar con el hábito debemos buscar opciones mejores a seguir fumando, que tengan el potencial de reducir el daño asociado a este hábito. Así ocurre con el desarrollo de los productos sin humo.

Un impulso hacia el cambio sin humo

Desde 2008, Philip Morris lleva liderando el cambio de la industria para poder alcanzar, cuanto antes, un futuro libre de humo. Todo ello, a través de una inversión de más de 10.700 millones de dólares para hacer del cigarrillo una mera anécdota del pasado. Sin embargo, existe aún desinformación al respecto: ¿conoces la ciencia que hay detrás de este cambio?

Para que cualquier alternativa libre de humo tenga éxito en la reducción del daño en comparación con seguir fumando, tiene que cumplir dos criterios: debe estar científicamente avalada como una opción significativamente menos dañina que los cigarrillos; y debe ser una opción satisfactoria para los fumadores adultos actuales para que se cambien por completo.

Cuantos más fumadores adultos elijan las opciones de menor riesgo en lugar de seguir consumiendo tabaco y nicotina en su forma más perjudicial (el cigarrillo), mayor será el impacto en la reducción del daño de la población.

Un impulso hacia el cambio sin humo

¿Qué dicen los resultados?

Existen países que de manera paralela y/o complementaria a sus políticas ya existentes de cesación y prevención del tabaquismo, han impulsado estrategias de reducción del daño apoyándose en las alternativas libres de humo.

Japón es uno de esos países donde las alternativas parecen estar fomentando un cambio importante en sus comportamientos de consumo de tabaco. Veamos cómo.

El país nipón es tecnológicamente avanzado con una base de consumidores sofisticada. Pero históricamente, su consumo de cigarrillos (la forma de consumo de tabaco más extendida y nociva que existe) ha sido mucho mayor que en otros países comparables. En el año 2000, un tercio de los adultos fumaba. Pero en 2015, algo cambió.

Hacia finales de 2014, se comenzaron a introducir en el mercado nipón los dispositivos de calentamiento de tabaco. Justo después, entre los años 2015 y 2016, las ventas de cigarrillos comenzaron a descender sustancialmente. Cabe apuntar que, antes de este lanzamiento a nivel nacional, las ventas totales de tabaco en el país solo disminuyeron a un ritmo del 1,8% de media entre 2011 y 2015. Sin embargo, a partir de entonces, la venta de cigarrillos cayó más bruscamente en todo el país: con un descenso anual promedio del 9,5% entre 2015 y 2018, según estudios de investigadores de la Sociedad Americana del Cáncer .

Un impulso hacia el cambio sin humo.

Lo que se puede intuir es que el lanzamiento de este producto no provocó un aumento del consumo general de tabaco, y muchos fumadores, que de otro modo habrían seguido fumando cigarrillos, se han pasado a los dispositivos de calentamiento de tabaco.

Existe la posibilidad de ayudar a combatir el impacto que genera el tabaquismo en la salud pública si conseguimos complementar las estrategias existentes de prevención y cesación con un enfoque de reducción del daño, que favorezca que los fumadores adultos que de otra forma continuarían fumando cambien a mejores alternativas, revirtiéndolo en un impacto en la salud pública.

Por ello es esencial que cada grupo relevante (sociedad civil, organismos reguladores, autoridades públicas, comunidad sanitaria, fabricantes, etc.) trabajen con un fin común: favorecer un marco en el que se propicie que los fumadores adultos dispongan de información veraz basada en evidencia científica que les permita tomar decisiones basadas en información.



1 pmi-scientific-update-16-japan.pdf (pmiscience.com)