arrow_back

La industria tradicional se transforma con innovación y sostenibilidad

El desarrollo de alternativas sin combustión y libres de humo es posible gracias a la transformación tecnológica en la industria del tabaco. Junto al papel esencial que juegan la ciencia y la innovación tecnológica, en esta transformación, es necesario contar con unas líneas de actuación centradas en la sostenibilidad que permitan asegurar la viabilidad del negocio en el largo plazo con el fin de seguir creando opciones que tienen el potencial de reducir el daño asociado al tabaquismo.

Acelerar el cambio

Philip Morris lleva trabajando activamente más de una década para acelerar del cambio hacia un futuro sin humo y dejar atrás los cigarrillos. Concretando, el objetivo de la compañía tabaquera es que de cara a 2030 las alternativas sin humo representen el 2/3 de sus ingresos netos totales. Para lograrlo, se está posicionando en la primera línea de la tecnología, la ciencia y la innovación centrada en el consumidor, y ha diseñado un plan de transformación en materia de sostenibilidad social, medioambiental y de gobernanza. Además, para avanzar, ha fijado la sostenibilidad como pilar de su estrategia corporativa y eje de toda su gestión, estableciendo unas exigentes metas, que van desde la comercialización responsable y acciones de prevención de acceso de los menores a sus productos, hasta la gestión de residuos de éstos una vez han sido consumidos y la medición del impacto ambiental.

En palabras de su Directora de Sostenibilidad, Jennifer Motles: “Abordar el impacto de nuestros productos sigue siendo el núcleo de nuestra estrategia. Por supuesto, partimos del impacto en la salud de los mismos. Más allá de eso, hemos establecido una clara distinción entre los impactos ambientales y sociales que se derivan de nuestros productos (lo que producimos) y los impactos que se derivan de nuestras operaciones comerciales (cómo producimos). Además, hemos convertido la gobernanza corporativa en un componente integral de nuestra estrategia, reconociendo su importancia para integrar la sostenibilidad en la estrategia corporativa.”

La transformación tecnológica en la industria del tabaco ha permitido el desarrollo de las alternativas sin combustión y, por ende, libres de humo y que tienen el potencial de reducir el daño asociado al tabaquismo.

Nuevas estrategias en la transformación necesaria

La mayor y más importante externalidad negativa que la estrategia de PMI pretende abordar es el impacto en la salud del consumo de cigarrillos. Esta es la contribución más importante que, según la compañía, pueden hacer a la salud pública, y es la piedra angular de su propósito y estrategia empresarial.

En declaraciones de la compañía: “Un futuro sin humo es alcanzable, y los beneficios que puede aportar a las personas que de otro modo seguirían fumando, y por tanto a la salud pública en general, son enormes. Sin embargo, no se puede conseguir solo. Junto con los gobiernos y la sociedad civil, podemos maximizar esta oportunidad.”

Abordar este problema crítico requiere un enfoque en tres partes:

  1. Desarrollar mejores alternativas al cigarrillo para los fumadores adultos que, de otro modo, seguirían fumando:
    Investigar, desarrollar y comercializar artículos con nicotina científicamente probados que sean menos perjudiciales que los cigarrillos.
  2. Acelerar el descenso del hábito de fumar:
    Proporcionar un amplio acceso a los fumadores adultos, que de otro modo no dejarían de fumar, para garantizar que estos artículos aceleren el descenso de la prevalencia del tabaquismo.
  3. Hacer que los cigarrillos queden obsoletos:
    Trabajar con determinación para garantizar que estos "ítems" sin humo acaben sustituyendo a los cigarrillos, impulsando su desaparición.

Pero también, se hace imprescindible para conseguir esto, que los fumadores adultos tengan acceso a toda la información y la evidencia científica disponible hoy en día sobre estas alternativas libres de humo para que puedan tomar decisiones de manera informada y contrastada sobre cuestiones que afectan directamente a su salud. El objetivo: dejar atrás los productos del siglo XX y, para aquellos que no van a dejar el hábito de fumar, apostar por alternativas del siglo XXI, de manera sostenible.