Innovación en la industria tabaquera
A pesar de los esfuerzos para reducir el consumo de tabaco, la Organización Mundial de la Salud estima que el número de fumadores no disminuirá significativamente en los próximos años. Por lo tanto, es imperativo que la industria tabaquera explore soluciones basadas en ciencia para ofrecer mejores alternativas a aquellos fumadores adultos que, de otra forma, continuarían consumiendo tabaco y nicotina de la forma más perjudicial: el cigarrillo.
En este contexto, la inversión de Philip Morris en ciencia, tecnología y desarrollo de productos ha dado lugar a innovadoras alternativas libres de combustión y humo. En palabras de Jennifer Motles, directora de Sostenibilidad de PMI: “Un cambio de paradigma conlleva nuevos desafíos, oportunidades y responsabilidades pero, sobre todo, un objetivo compartido”, y añade: “Nuestra intención de desarrollar y comercializar alternativas menos dañinas a los cigarrillos está en total sintonía con las metas de la OMS y las expectativas de los fumadores y la sociedad”.
No en vano, la transformación de la empresa en los últimos 15 años ha sido sinigual, con una inversión cercana a los 11 mil millones de dólares desde 2008, destinados a la investigación científica, la tecnología punta, el desarrollo de productos y la eficiente fabricación. Para ello, ya cuenta con un equipo de más de 1.500 expertos y científicos que trabajan en sus dos centros de I+D, uno en Suiza y otro en Singapur, para hacer realidad ese futuro libre de humo que se ha marcado la compañía como objetivo.
Sin embargo, para lograr un cambio aún más significativo y acelerar este proceso, es crucial que todos los actores relevantes, incluyendo la comunidad científica y las autoridades públicas, colaboren y apoyen este cambio, y así poder generar un impacto en la salud pública general, como ya se está haciendo en otros países.
Ahora bien, hay que tener en cuenta que estas alternativas no están exentas de riesgo y su uso conlleva la inhalación de nicotina, que es adictiva. Aunque la mejor decisión que cualquier fumador puede tomar es dejar por completo de consumir tabaco y nicotina, o no haber empezado nunca, la ciencia demuestra que cambiar totalmente a las alternativas sin humo es una mejor opción que seguir fumando. El desafío es favorecer el debate basado en evidencia científica sobre el papel que estas alternativas pueden jugar para reducir el riesgo de daño para los fumadores y provocar un cambio positivo en la salud pública.