Saná

Un yemení de 20 años fue quien -con la ayuda de diez cómplices, incluidos un egipcio y un saudí- perpetró el atentado suicida que el pasado 2 de julio costó la vida en Yemen a ocho turistas españoles, según informaron ayer fuentes de la seguridad local.

El semanario militar «22 de Septiembre» publicó ayer en primera página los nombres y fotos de diez de los miembros de la célula terrorista. El suicida ha sido identificado como Abdu Mohamad Sad Ahmad Reheqa. El undécimo cómplice, el egipcio Ahmed Basiuni Dueider, ofreció apoyo logístico a los demás y fue abatido el 4 de julio por la Policía en un barrio del oeste de Saná.

El suicida también vivía en Saná hasta que varios meses antes del atentado fuera reclutado por otro yemení, Hamza Ali Saleh Al Dhiyani, para llevar a cabo el ataque. Al Dhiyani, presunto cabecilla del grupo, convenció a Reheqa y le enseñó a conducir coches antes de acompañarle a la provincia de Mareb, a 240 kilómetros al este de la capital.

En esta provincia, donde fueron atacados los turistas, estaban los otros miembros de la célula, planificando el atentado y preparando los explosivos y el todoterreno. Naser Abdel Karim, Mohamad Saleh al Kazemi, Qasem Yahya Mahdi, Hamza Salem Omar y Ammar Ebada estaban encargados de supervisar la ejecución del atentado frente al histórico templo de la reina de Saba.

El saudí Nayef Mohamad al Qahtani facilitó, junto a Naji Ali Gardan y Ali Bin Ali -habitantes de Mareb y supuestos asesinos de su director de Policía-, refugio y protección a los demás.

El día del atentado, el suicida esperaba en la carretera asfaltada próxima al templo la salida de los trece turistas y sus escoltas yemeníes, que estaban visitando el lugar. «Cuando les vio salir, empotró su vehículo cargado de explosivos contra el segundo coche del convoy de turistas, en el que estaba el mayor número, haciendo saltar por los aires todo el convoy», aseguran las fuentes, que en ningún momento indican que los españoles fueron atacados por su nacionalidad.

Testigos aseguraron en julio que el suicida se acercó al templo en un todoterreno 15 minutos antes del atentado para preguntar a algunos viandantes si los visitantes eran turistas occidentales.