Belgrado / Nueva York

El jefe de la misión administradora interina de la ONU en Kosovo (UNMIK), Joachim Rücker, declaró ayer que la situación en esa provincia está en calma y estabilidad, informó «Efe».

Consideró también que así permanecerá, ante la inminente declaración de la independencia de la provincia.

«Estoy convencido de que las instituciones encargadas de vigilar la seguridad -la Policía Local, la de la UNMIK y la KFOR (fuerza multinacional al mando de la OTAN)- están preparadas del todo para reaccionar», dijo Rücker en el diario «Novosti» de Belgrado.

Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU no fue capaz el viernes de romper el punto muerto sobre Kosovo a pesar del último esfuerzo de Rusia y Serbia para impedir la independencia, informó «Reuters/EP».

Tras la reunión, el ministro de Exteriores serbio, Vuk Jeremic, se negó a dar detalles acerca de las medidas que tomará su país para intentar evitar la separación de su provincia y las describió como «secreto de Estado».

El segundo embajador de EE UU ante la ONU, Alejandro Wolff, habló de un punto muerto. «El Consejo está bloqueado, como ya estaba», aseguró.

Además, Jeremic y el embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, indicaron que la mayoría de los miembros del Consejo que hablaron expresó su apoyo al deseo de Belgrado de reabrir las negociaciones con Pristina.

El embajador británico, John Sawers, comentó que el organismo está dividido entre los que apoyan las conversaciones y los que no ven ninguna razón para ello.

Wolff dijo que Washington, como la Unión Europea, ve a Kosovo como un caso especial frente a la reacción en cadena en todo el mundo que prevé Belgrado.

Churkin alertó que la independencia representa un «peligro real de violencia interétnica» y de radicalización en Kosovo y los Balcanes, mientras que Moscú anunció que cambiaría la política respecto a las regiones georgianas separatistas de Abjasia y Osetia del Sur si Kosovo se independiza.