Pristina / Belgrado

Kosovo dio ayer el último paso para proclamar su independencia de Serbia, pero el primer ministro kosovar, Hashim Thaci, evitó dar la fecha concreta, que fuentes cercanas a la cúpula albano-kosovar sitúan el domingo a las tres de la tarde, informó «Efe».

La Asamblea de Kosovo aprobó una moción que permite adoptar en las próximas 24 horas las leyes necesarias para proclamar la soberanía tutelada de esta provincia serbia de mayoría albanesa, según lo previsto en el plan del ex mediador de la ONU Martti Ahtisaari.

Ese plan, presentado el año pasado por Ahtisaari después de dos años de infructuosas negociaciones entre Pristina y Belgrado, nunca llegó a ser adoptado oficialmente ante el rechazo de Serbia y de su aliado Rusia.

La iniciativa establecía una «vigilancia internacional» y una estricta protección de los 100.000 serbios que viven en Kosovo, un 5 por ciento de sus dos millones de habitantes. Para ello, la UE comienza a desplegar hoy, sábado, su misión de 2.000 policías, jueces y funcionarios de aduanas para garantizar la estabilidad de la región.

Mientras que Thaci eludía en Pristina dar la ansiada fecha y prometía que Kosovo respetará los derechos de las minorías étnicas, como los serbios, en Belgrado, el reelegido presidente serbio, Boris Tadic, juraba su cargo con la advertencia de que «nunca renunciará a luchar por Kosovo».

El mandatario prestó su juramento a la nueva Constitución del país, aprobada en 2006, en cuyo preámbulo Kosovo se define como parte inalienable de Serbia.

El primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, admitió ya el jueves por primera vez que la pérdida de Kosovo es una realidad, aunque su país nunca lo reconocerá y advirtió, por ello, de que Belgrado no aceptará como «compensación» su adhesión a la UE, informó «Reuters/ EP».

Thaci, por su parte, ante centenares de periodistas de todo el mundo, prometió que todos los ciudadanos, también las minorías como los serbios, «tendrán una perspectiva de futuro», ya que se ha creado «una realidad de seguridad y cooperación».

«En Kosovo independiente ningún ciudadano deberá sentirse discriminado», afirmó el ex líder del Ejército de Liberación de Kosovo (UCK, en albanés), que se enfrentó en la década de los noventa a las fuerzas de seguridad serbias.

El primer ministro afirmó que Kosovo es «un caso único» que «no puede compararse a ningún otro país» y que «no debería representar un precedente» ni desatar «un efecto dominó».