Pristina / Bruselas

El ministro del Interior de Kosovo, Fatmir Rexhepi, presentó ayer su dimisión tras la muerte de dos personas en las protestas del sábado pasado en Pristina, que derivaron en choques violentos entre manifestantes y la Policía.

Rexhepi admitió que los acontecimientos del sábado agravaron la situación de la seguridad en Kosovo, y pidió a las instituciones y a los ciudadanos preservar «la calma y la madurez en estos tiempos cruciales para que se logren nuestras aspiraciones: la independencia de Kosovo».

Por otra parte, la UE se mostró pesimista de que Belgrado y Pristina logren un acuerdo sobre el futuro de la provincia serbia de mayoría albanesa, y admitió que al final seguramente habrá una solución impuesta por el Consejo de Seguridad de la ONU, aunque dio a entender que reabrirá las negociaciones para un acuerdo de estabilización y asociación con un futuro Gobierno democrático serbio.