París

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, lanzó ayer su proyecto de reforma constitucional para que se concrete la «democracia ejemplar» que prometió en su campaña, pero la oposición socialista, cuya abstención es necesaria para su aprobación, la criticó como muy insuficiente y puso condiciones.

El proyecto, que el portavoz del Gobierno, Luc Chatel, calificó como «la mayor reforma de la V República», fundada por Charles de Gaulle en 1958, fue aprobado en Consejo de Ministros y su debate comenzará el próximo 20 de mayo.

El texto amplía los poderes del Parlamento, encuadra los del presidente de la República, que, a cambio, como quiere Sarkozy, podrá expresarse en persona ante los legisladores -lo que no puede hacer ahora en virtud de la separación de poderes- y da más derechos a los ciudadanos.

Como ya se había informado, el proyecto elimina la obligación de someter a referéndum las futuras ampliaciones de las Unión Europea, como el eventual ingreso de Turquía. Si se aprueba la reforma, el jefe de Estado podrá escoger entre una ratificación parlamentaria y una consulta popular.