París

El líder ultraderechista francés Jean-Marie Le Pen, condenado por la justicia por haber dicho que las cámaras de gas nazi eran «un detalle en la historia» de la II Guerra Mundial, reincidió en la idea en una entrevista publicada ayer. «He dicho que las cámaras de gas eran un detalle en la historia de la II Guerra Mundial: me parece evidente», afirma el presidente del Frente Nacional en el mensual regional «Bretons».

«Si no es un detalle, entonces es el conjunto, es toda la Guerra Mundial», argumenta en su defensa Le Pen, antes de recordar que en el conflicto murieron 50 millones de personas, cifra que muchos historiadores elevan a 60 millones.

Al entrevistador, que sugiere que el problema no es el número de muertos, sino «cómo fueron matados» y recuerda al líder ultraderechista las deportaciones a los campos de exterminio, Le Pen le replica con un argumento revisionista: él no se cree esas afirmaciones y no se siente «obligado a adherirse a esa visión» de la historia.

«Constato que en Auschwitz estaba la fábrica IG Farben; 80.000 obreros trabajaban allí. Que yo sepa, ésos no fueron gaseados ni quemados», afirma el líder ultraderechista. Cuando el periodista alega que trabajos de historiadores de todas las tendencias políticas demuestran la realidad de la deportación nazi a campos de exterminio, Le Pen responde: «Ése no es el problema. Yo no lo he puesto en duda, lo que yo he dicho es que fue un detalle».

Tras la difusión de estos comentarios, Le Pen advirtió en un comunicado de que había prohibido «expresamente» a la revista que publicara la entrevista y que lo hizo por carta certificada hace dos semanas. El redactor jefe de la revista confirmó haber recibido la prohibición, pero asegura que no había encontrado «ninguna razón de peso» para no publicarla.

El pasado febrero, el líder del Frente Nacional fue condenado a tres meses de prisión exentos de cumplimiento y 10.000 euros de multa por haber dicho en una entrevista en 2005 que la ocupación nazi de Francia «no fue particularmente inhumana». El Tribunal Correccional de París lo declaró culpable de un delito de complicidad con la apología de crímenes de guerra y negación de un crimen contra la humanidad.