Londres

Los laboristas del primer ministro británico, Gordon Brown, han sufrido el peor revés electoral en unos comicios municipales en 40 años, al quedar muy por detrás de los conservadores e incluso de los liberal demócratas, una vez finalizado el escrutinio de las votaciones del jueves. De este modo, Brown, que heredó el cargo el pasado año de Tony Blair sin pasar por las urnas, se ha llevado un batacazo descomunal en su primer test democrático.

De los 159 municipios en juego en Inglaterra y Gales, los «tories» consiguieron 256 concejales y doce municipios, mientras que los laboristas perdieron 331 concejales y nueve municipios, en tanto que los liberal demócratas ganaron 34 concejales y un municipio. La participación electoral, según los medios británicos, se estima en torno al 35 por ciento.

Cuando lleva menos de un año en el poder, Brown ha sufrido un revés similar al del ex primer ministro conservador John Major en las locales de 1995, dos años antes de perder las elecciones generales.

Según un análisis de la BBC, si los datos de las municipales se extrapolasen al ámbito nacional, el laborismo, que debe convocar comicios generales a más tardar en 2010, quedaría como tercera fuerza del país con un 24 por ciento de los votos, por detrás de los liberal demócratas (25 por ciento) y de los conservadores de David Cameron, con un 44 por ciento.

Brown reconoció que los laboristas sufrieron un «decepcionante» resultado en los comicios, pero dijo que su formación aprenderá del revés electoral. En unas declaraciones a la prensa en su residencia oficial de Downing Street, Brown afirmó que el partido «ha escuchado» y «reflexionará» sobre lo que ha pasado. «Está claro que ha sido una noche decepcionante, ciertamente una mala noche para el laborismo», subrayó el «premier».

El jefe del Gobierno expresó su pesar por los concejales laboristas que han perdido y culpó del revés electoral a las «difíciles circunstancias económicas» por las que atraviesa el país. El jefe del Gobierno insistió en que su misión es «liderar» al país en momentos difíciles, en referencia a la crisis de las entidades de crédito vinculada a la crisis hipotecaria de Estados Unidos.

«La prueba del liderazgo no es lo que pasa en períodos de éxito, sino lo que pasa en circunstancias difíciles», añadió. Brown defendió que el Gobierno laborista cuenta con las políticas adecuadas para que el Reino Unido pueda superar los problemas por los que atraviesa.

Por su parte, el líder del Partido Conservador, David Cameron, el gran triunfador de la jornada, ve como sus posibilidades de arrebatar el Gobierno a los laboristas, pronosticadas por las encuestas desde hace muchos meses, han superado su primera prueba de fuego.

Cameron destacó el «voto de confianza» que ha recibido su formación. En unas declaraciones al salir de su casa en Londres, el líder «tory» dijo que se trata de «un gran momento» para su partido, expulsado del poder por Blair en 1997.

Blair consiguió tres victorias seguidas en elecciones generales, aunque tras la última (2005), muy tocado en el interior de su partido por las mentiras con las que justificó la guerra de Irak, prometió que cedería el poder a Brown, quien se lo llevaba reclamando desde hacía años, alegando un supuesto pacto privado sellado por ambos antes de 1997.

«Creo que estos resultados», dijo Cameron, «no son sólo un voto contra Gordon Brown y su Gobierno. Creo que se trata de un voto de confianza en el Partido Conservador. Creo que es un gran momento para el Partido Conservador, pero no quiero que nadie piense que merecemos ganar una elección por el fracaso de un Gobierno», puntualizó. «Quiero que demostremos que podemos conseguir los cambios que la gente quiere ver. Nos vamos a dedicar a ello en los próximos meses», resaltó el líder conservador.

En cuanto a la Alcaldía de Londres, el escrutinio estaba aún abierto al cierre de esta edición, anoche, pero el candidato conservador, Boris Johnson, se perfilaba como triunfador, acabando con los ocho años de mandato de Ken Livingstone, un laborista díscolo al que los años han acabado por ahormar a usos más convencionales.

Con un 80 por ciento de los votos escrutados en la capital británica, Johnson iba anoche ganando en ocho de los catorce distritos de la ciudad, mientras que Livingstone se apuntaba seis. El diario «Evening Standard», que hizo una fuerte campaña contra Livingstone, lanzó anoche una edición especial anunciando como ganador a Johnson que, sin embargo, se mantenía cauteloso. «Veremos qué pasa», dijo el ex periodista conservador, más conocido por sus meteduras de pata, sus chistes, sus líos de faldas y su melena rubia que por sus propuestas políticas.