Santa Cruz

El referendo de Santa Cruz ha evidenciado la división de Bolivia y la emergencia del poder autonomista frente al Gobierno de Evo Morales, que está obligado a rectificar y caminar hacia un acuerdo para no seguir debilitándose.

Así lo advirtieron ayer varios analistas consultados por «Efe», que coincidieron en que la aprobación del Estatuto de Autonomía cruceño en la consulta del domingo abre una nueva etapa en el conflicto político del país y un nuevo escenario donde las regiones opositoras de la llamada «media luna» han tomado la iniciativa política.

«Hay una parte del país fuera de la jurisdicción gubernamental, donde el Gobierno no gobierna», advirtió el analista y ex miembro de la Asamblea Constituyente Jorge Lazarte, quien dijo creer que «no se puede hablar de unidad de Bolivia si a partir de ahora (Gobierno y regiones) no se ponen de acuerdo».

Otros advierten que el movimiento autonomista de Bolivia, liderado por Santa Cruz y secundado por otras 5 regiones de las 9 que tiene el país, puede generar una fuerte coalición de gobiernos departamentales que obligará a Morales a la negociación.

El analista Carlos Cordero apuntó que el referendo cruceño ha sido un plebiscito contra las políticas de Morales y ha consolidado un nuevo proyecto de oposición en Bolivia, a pesar de que el Gobierno defiende que el suyo es el único que existe en el país.

Varios expertos creen que el presidente boliviano se equivoca al minimizar y restar importancia a lo ocurrido en Santa Cruz y al convocar de nuevo al diálogo para que los estatutos se adecuen a su Constitución, una estrategia que ya ha fracasado. A este respecto Lazarte dijo apostar por diseñar un nuevo escenario de convergencia de los textos autonómico y constitucional «sin que uno se imponga sobre el otro». Ambas partes necesitan de la concertación, según este analista, incluida Santa Cruz, cuyas autoridades «saben que el Estatuto necesita base legal» para aplicarse.