Washington

Barack Obama ya no ataca a Hillary Clinton. En su lugar, envía mensajes de unidad a los votantes demócratas, pues la ventaja lograda hasta ahora y los apoyos políticos que recibe cada día hacen que ya mire hacia las presidenciales de noviembre, informa «Efe». El sábado, el senador por Illinois recibió el respaldo de otros cuatro «superdelegados», notables del partido que son libres de votar a su antojo en la convención que se celebrará en Denver en agosto.

Uno de ellos, Kevin Rodríguez, de las Islas Vírgenes, había anunciado su apoyo a Clinton, pero ha cambiado de parecer. Obama ha superado ya a Clinton en número de superdelegados, aunque el total exacto depende de la forma de contar de cada medio de comunicación, dado que el Partido Demócrata no ofrece una cifra oficial.

Los datos tampoco son precisos en el número de delegados, las personas elegidas por los votantes en las primarias. Según la cadena de televisión ABC, Obama cuenta actualmente con 1.862, frente a los 1.693 de Clinton.

Esta situación permite a Obama adoptar un tono conciliador con su rival. «La senadora Clinton ha presentado un reto extraordinario y formidable», afirmó en un mitin en el gimnasio de una escuela secundaria de Bend, en Oregón. Y ante el temor de que las divisiones entre los campos de los dos senadores hagan mella en los demócratas, Obama respondió: «Este partido estará unido para las elecciones de noviembre».

Mientras, Clinton sigue buscando el flanco débil de su contrincante. El sábado defendió en un acto de recaudación de fondos en Nueva York su plan para suspender los impuestos sobre la gasolina durante el verano, la época de máximo consumo, para aliviar la sangría que sufren los conductores. Obama se opone a la idea.

La amplia derrota de Clinton el martes en Carolina del Norte y su victoria muy estrecha en Indiana la han puesto contra las cuerdas. Lo indica una cobertura informativa que está dominada por la especulación sobre sus vacías arcas electorales, sobre cuándo se retirará y si hay posibilidad de que sea candidata a la Vicepresidencia.

Pero Obama ya dirige sus pullas a las propuestas económicas y de salud del candidato republicano, John McCain, además de a su apoyo a la guerra de Irak, y hace oídos sordos a las críticas de Clinton. Un sondeo del diario «Los Angeles Times» indica que la senadora ganaría al republicano por nueve puntos si las elecciones se celebraran ahora mismo. Obama le vencería por seis puntos.

Restan seis primarias demócratas y Clinton goza de clara ventaja en la próxima, que tendrá lugar mañana en Virginia Occidental. Se trata de un Estado con un 97 por ciento de población blanca y una amplia clase obrera y rural, que es el grupo más leal a la ex primera dama. Las encuestas le dan una superioridad de 30 a 40 puntos porcentuales frente a Obama.

No obstante, tan sólo están en juego 28 delegados, insuficientes para hacer gran mella en la ventaja del senador por Illinois.

En Bend, el sábado, Obama se mostró tan seguro de que será el candidato demócrata que desveló que estaría dispuesto a sostener encuentros con los votantes junto con el republicano John McCain, porque está «ansioso» por señalar sus diferencias con él, incluyendo opiniones sobre la crisis energética, la guerra en Irak y la asistencia médica.

McCain, que mantuvo encuentros de este tipo con el ex aspirante demócrata a la Casa Blanca Bill Bradley en las elecciones de 2000, no se ha comprometido a llevarlas a cabo esta vez, aunque es posible que lo haga una vez que se conozca oficialmente el nombre de su rival.