Washington

La senadora demócrata por Nueva York Hillary Clinton aseguró ayer, tras imponerse con claridad, como estaba previsto, en las primarias de Virginia Occidental, que está «más decidida que nunca a seguir en campaña» y destacó que ahora necesita apoyo económico para continuar la lucha por la Casa Blanca.

Clinton, que sabe que ya no puede contrarrestar en las urnas la ventaja en delegados que le lleva el senador por Illinois Barack Obama, todavía confía en convencer al aparato del Partido Demócrata -los tan traídos y llevados superdelegados- de que ella es la mejor opción. Con todo, las últimas semanas han sido un continuo goteo de apoyos de notables demócratas a Obama, lo que hace muy improbable que la ex primera dama, que no parece dispuesta a arrojar la toalla, se salga con la suya.

Clinton se impuso en Virginia Occidental con 41 puntos de diferencia (67% a 26%), aprovechando el voto de la clase trabajadora blanca, que nunca ha estado del lado de Obama. El senador, conocedor de sus escasas posibilidades, apenas hizo campaña en un Estado más blanco, menos educado y más pobre que la media nacional. En un discurso desde Charleston, la capital del Estado, Hillary agradeció a sus entregados seguidores este «abrumador voto de confianza» y afirmó que esta campaña «no está terminada».

Reiteró que los votos de Florida y Michigan -estados que votaron por ella, pero cuyos sufragios no se han contabilizado, ya que ambos fueron castigados por el Partido Demócrata por adelantar la fecha de sus votaciones- deben ser contados.

«Estoy en esta campaña porque creo que soy la candidata más fuerte», dijo Hillary, quien se definió como «la mejor candidata para ganar en noviembre y para liderar este país de allí en adelante».

Clinton dijo que admira profundamente a Obama, pero enumeró todos los estados en los que ella ha ganado y reiteró que ningún demócrata ha ganado la Casa Blanca, desde 1916, sin triunfar en Virginia Occidental. Y agregó que ella es quien ha ganado los estados clave e indefinidos como Ohio, Pennsylvania, Florida o Michigan, que son los que dan la victoria definitiva.

En este sentido dijo que está decidida a dar batalla y ganar al candidato republicano John McCain, porque «el Partido Demócrata es lo suficientemente fuerte para hacer frente a ese desafío». De este modo, Clinton se sitúa como candidata presidencial antes de tiempo, imitando lo que lleva haciendo su rival desde que el pasado día 6 se impusiera de modo arrollador en Carolina del Norte, consiguiendo que todos los medios de comunicación le dieran por virtual ganador pese a no contar aún con la cifra mágica de los 2.025 delegados y no tener la menor posibilidad de conseguirla en las urnas en las pocas primarias que quedan por disputar.

En cualquier caso, al día siguiente de las elecciones de Virginia, los dos candidatos continuaban haciendo campaña, cada uno con un objetivo: Obama ganarse a los trabajadores blancos y Clinton trabajarse la voluntad de los superdelegados.

El tren demócrata llegará a Kentucky y Oregon el próximo 20 de mayo, antes de ir a Puerto Rico, Montana y Dakota del Sur. En total, se repartirán 189 delegados, bastantes de los cuales caerán del lado de Obama, que cuenta con ventaja en las encuestas.