El Gobierno chino elevó ayer a 184 los fallecidos en los disturbios de Urumqi, la capital de la provincia de Xinjiang. Pekín aseguró que tres cuartas partes de las víctimas son de la etnia mayoritaria han e intensificó sus ataques contra Rebiya Kadeer, líder de los uigures en el exilio. Las autoridades de Xinjiang actualizaron ayer una cifra de muertos que no habían modificado desde el pasado martes, y por primera vez informaron de la etnia de los fallecidos señalando que 137 eran chinos han (mayoritarios en el país asiático) y 46 eran uigures musulmanes. Del total de muertos, 157 eran hombres, y 27 mujeres. Las autoridades no detallaron cuántos muertos corresponden a la revuelta del domingo y cuántas a los linchamientos de uigures por los han.