Praga

Un 65 por ciento de la población checa respalda a su presidente, Vaclav Klaus, a la hora de solicitar una exención a las condiciones del Tratado de Lisboa a cambio de firmar el acuerdo. La exención explicaría que los alemanes expulsados del país tras la Segunda Guerra Mundial no tienen potestad alguna para reclamar sus posesiones de antes del conflicto, que les fueron expropiadas.

Klaus es el único líder de la UE que todavía no ha firmado el Tratado de Lisboa, aunque el Parlamento checo lo ha aprobado y el actual Gobierno se opone a la postura presidencial. La actitud de Klaus amenaza la posibilidad de que el texto entre en vigor a partir del próximo mes de enero, contrariamente a los deseos del resto de países del bloque europeo.

La Comisión Europea prorrogará su mandato, que expira el próximo 31 de octubre, hasta que se aclare cuándo entrará en vigor el Tratado de Lisboa. Pero a partir del 1 de noviembre, el Ejecutivo comunitario sólo podrá dedicarse a gestionar «asuntos corrientes», según explicó ayer su portavoz.