Managua / Oviedo

Diputados opositores nicaragüenses denunciaron ayer que seguidores del presidente Daniel Ortega mantienen sitiada, por segundo día consecutivo, la Asamblea Nacional para evitar su acceso a una sesión plenaria. En la sesión debe votarse la anulación de un decreto presidencial, aprobado en enero, que prorroga el mandato de varios cargos de diferentes poderes del Estado, pese a que esa competencia es del Parlamento.

Los manifestantes, con banderas sandinistas, lanzaron bombas artesanales, al igual que el martes hicieron contra un hotel en el que se reunieron los diputados de oposición.

Según dirigentes opositores, Ortega está impidiendo que funcione el Congreso porque quiere «llevar el país al caos y destruir las instituciones», por su «ambición desmedida y somocista» de ser reelegido en la Presidencia en los comicios de 2011. Los legisladores oficialistas, en cambio, acusan a los opositores de impedir la aprobación de leyes sociales y económicas y no querer aceptar una sentencia del Supremo que validó el polémico decreto de Ortega.