Los sindicatos bolivianos se desmarcaron ayer de su aliado tradicional, el presidente Evo Morales, y convocaron una huelga general para la próxima semana, como medida de presión para que el Gobierno acceda a subir los sueldos por encima del 5 por ciento. Las protestas comenzaron ayer mismo, cuando los sindicatos de enseñantes bloquearon el centro de la capital, La Paz.