Dos policías murieron y 13 personas resultaron heridas en nuevos brotes de violencia relacionados con las protestas que miles de manifestantes antigubernamentales llevan a cabo en Bangkok, la capital de Tailandia, indicaron hoy fuentes policiales

En un ataque ocurrido hacia la medianoche en pleno distrito financiero, los dos policías murieron cuando un desconocido disparó una ráfaga de metralleta contra un grupo de agentes de guardia y civiles desde una motocicleta en la que después escapó.

El portavoz de la Policía, general Ponsawat Pongsaroen, explicó que unas horas después cinco policías y tres soldados sufrieron heridas al producirse la explosión de una granada, en un control de seguridad montado en uno de los accesos al parque de Lumpini, a escasa distancia del lugar en el que sucedió el primer ataque.

Un mes después de que se hicieran con el control de esa zona de unos tres kilómetros cuadrados de extensión que alberga hoteles de cinco estrellas y lujosos centros comerciales, al menos 5.000 "camisas rojas" siguen acampados al lado de montañas de desperdicios y tras las empalizadas hechas de cañas de bambú.

La situación política se ha complicado todavía más y el plan de reconciliación pende de un hilo por la entrada en escena de los llamados "camisas amarillas", que acusan al primer ministro de ceder ante los rojos, sus rivales.

Los camisas amarillas, que con la toma del aeropuerto de Bangkok a finales de 2008 consiguieron debilitar el gobierno afín al ex primer ministro Thaksin Shinawawa, guía y benefactor de los rojos, reiteran que el Ejército tiene que declarar la ley marcial para restablecer el orden en la capital.

El pasado 7 de abril el Gobierno decretó el estado de excepción en Bangkok, entre cuya población aumenta la ansiedad causada por la crisis política y también el malestar por los efectos que se derivan de la ocupación del centro comercial, que ya dura más de un mes.

La mayor parte de los "camisas rojas" provienen de las zonas rurales del norte y noroeste del país, las de mayor densidad demográfica y feudos de los testaferros del multimillonario Shinawatra, quien en 2008 fue condenado a dos años de cárcel por un delito de corrupción.

El primer ministro, Abhisit Vejjajiva, intenta salvar su plan de reconciliación, estancado a raíz de que el frente rojo exigiera precisiones como condición previa a la retirada de sus manifestantes de la capital.

Con su "hoja de ruta", que propone disolver el Parlamento durante la segunda quincena de septiembre para celebrar elecciones el 14 de noviembre de este año, el jefe del Ejecutivo pretende poner fin a la profunda crisis política en la que Tailandia está sumida.

"La hoja de ruta hacia la reconciliación nacional continúa adelante puesto que el gobierno y los camisas rojas quien paz en el país", dijo el portavoz en funciones del Gobierno, Panitan Wattanayakorn.

En la reunión que el primer ministro mantuvo esta mañana con los jefes del centro para la coordinación de la seguridad, el primer ministro ordenó a la Policía y al Ejército extremar la vigilancia en entorno a la zona ocupada por los camisas rojas.