Bagdad, Efe

Varios ataques y atentados perpetrados ayer en Bagdad y en otros lugares de Irak causaron al menos 86 muertos y más de dos centenares de heridos, en la jornada más sangrienta que se vive en el país árabe en lo que va de año.

La ola de violencia estalló en un momento delicado para la vida política del país, porque persiste la incertidumbre a la espera de que se confirmen los resultados de las elecciones de hace más de dos meses.

El ataque más grave de los perpetrados se produjo en la ciudad de Hila, 100 kilómetros al sur de Bagdad, donde 36 personas perecieron por tres explosiones en un estacionamiento. Pero la sangrienta jornada había comenzado ya en Bagdad con una cadena de ataques a cinco controles de la Policía y del Ejército, algunos perpetrados por desconocidos armados con pistolas con silenciador, algo inusual en Irak.

También hubo ataques en Faluya, al oeste de Bagdad; en Baquba, capital de la provincia central de Diyala; en Tarmiyah, Abu Graib y de Iskandariya, al norte, oeste y sur de Bagdad, respectivamente; en la ciudad septentrional de Mosul y la localidad meridional de Basora.

Ningún grupo reivindicó la autoría de estos atentados y ataques armados, aunque algunos de ellos llevan el sello de Al Qaeda, que recientemente perdió a sus dos líderes más importantes en Irak.

Por otro lado, la jefa de la diplomacia de EE UU, Hillary Clinton, dijo que si se cometiera un atentando en suelo estadounidense y se demostrara que se originó en Pakistán las consecuencias para ese país serían «muy graves». Clinton hizo esta advertencia después de que Washington atribuyera el fallido atentado de Times Square a los talibanes pakistaníes, aunque no con el Gobierno de Islamabad.