Oviedo, E. F. / Agencias

La misión diplomática de Brasil y Turquía para tratar de resolver la crisis abierta por el programa nuclear iraní se saldó ayer con un acuerdo que ha provocado el desconcierto, primero, y luego el escepticismo de las potencias del «grupo 5+1», formado por los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania.

Tal y como se adelantó el domingo por la noche, Irán anunció ayer a primera hora el contenido del acuerdo que acababa de alcanzar con el presidente brasileño, Lula da Silva, su principal impulsor, y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. Teherán se muestra dispuesto a enviar 1.200 kilos de su uranio (enriquecido al 3,5%) a Turquía, a cambio de recibir 120 kilos de uranio enriquecido en Francia y Rusia al 20%. La propuesta será enviada dentro de una semana a la Agencia Atómica (AIEA) y si ésta la acepta, Irán procederá al envío y recibirá el material enriquecido en el plazo máximo de un año.

La principal novedad de la propuesta respecto a otras anteriores rechazadas por Irán es que garantiza que si este país no recibe el uranio enriquecido, se le devolverá el depositado en Turquía.

La inquietud y el escepticismo comenzaron a aparecer hacia mediodía, cuando Irán anunció que seguirá enriqueciendo uranio al 20 por ciento a pesar del acuerdo para el intercambio de combustible. «No hay relación entre el acuerdo de intercambio y nuestras actividades de enriquecimiento, seguiremos enriqueciendo al 20 por ciento», declaró a Reuters el jefe de la Agencia Atómica iraní, Ali Akbar Salehi.

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