Seúl / Oviedo

La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, respaldó ayer al Gobierno de Seúl en la crisis que sufre con Corea del Norte, país al que exigió que ponga fin a sus «provocaciones», después de que el martes anunciase la ruptura de todos sus lazos con Corea del Sur, que el lunes había anunciado la interrupción del tráfico bilateral de personas y mercancías.

La jefa de la diplomacia estadounidense llegó ayer a Seúl, última etapa de su actual gira asiática, en medio de una seria escalada de tensión en la península coreana a raíz del hundimiento de la corbeta surcoreana «Cheonan» el pasado 26 de marzo.

Para Clinton, las pruebas sobre la implicación de Corea del Norte en este incidente, que acabó con la vida de 46 marinos surcoreanos, son «abrumadoras» y la acusación contra Pyongyang, formulada la pasada semana por una comisión internacional de expertos, es «ineludible». Fue «una inaceptable provocación de Corea del Norte», dijo Clinton, «y la comunidad internacional tiene la responsabilidad y el deber de responder».

En cumplimiento de una de las amenazas que lanzó el martes, el régimen de Pyongyang, que también esgrimió el fantasma de acciones militares, procedió ayer a expulsar a los funcionarios surcoreanos que trabajan en el complejo industrial conjunto de Kaesong, situado en territorio norcoreano, en el que 110 empresas del Sur dan trabajo a 42.000 obreros del Norte.

En esas circunstancias, China anunció que mantiene su neutralidad en el conflicto y aseguró que «aún no tiene información de primera mano sobre el incidente» y la está recopilando de las partes.