Seúl / Pekín

La Armada surcoreana cumplió ayer sus amenazas y realizó las anunciadas maniobras submarinas en aguas cercanas a la frontera con Corea del Norte, en un clima en el que China, según EE UU, comienza a dar algunos signos de una posible revisión de sus relaciones de apoyo a Pyongyang.

Los ejercicios navales están dirigidos a aumentar la capacidad de Corea del Sur para detectar incursiones de submarinos norcoreanos, como el que, según una investigación de Seúl en la que participaron expertos estadounidenses y suecos, torpedeó el buque «Cheonan» a finales de marzo, causando la muerte de 46 marineros surcoreanos.

Las maniobras, que presumiblemente enfadarán a Pyongyang, se produjeron un día después de que Seúl aumentara su nivel de alerta militar como consecuencia del hundimiento del buque. Corea del Norte anunció esta semana que rompe todas sus relaciones con el Sur y amenazó con acciones militares al régimen de Seúl. Con todo, son pocos los observadores que, sin descartar escaramuzas, piensen que es posible que la actual escalada de tensión desemboque en un conflicto abierto.

El primer ministro de China, Wen Jiabao, viajará hoy a Seúl para dialogar con el presidente surcoreano, Lee Myung Bak. EE UU confía en que Lee convenza a Wen de que su país apoye la semana que viene en la ONU la propuesta de sanciones a Corea del Norte por el hundimiento del navío surcoreano. Sin embargo, hasta anoche, los chinos, único valedor del régimen comunista de Pyongyang, se han mantenido firmes en su postura de que seguirán neutrales en tanto no tengan información de primera mano.