El Ejército israelí mantiene confiscadas las grabaciones de vídeo, cámaras de fotos y los teléfonos de los activistas que viajaban en la flotilla humanitaria asaltada ayer por comandos de élite israelíes en aguas internacionales.

El material grabado por los activistas en los barcos "fue confiscado por el Ejército durante la operación", dijo a Efe una fuente oficial israelí, la cual señaló que el material se encuentra en manos de las fuerzas de seguridad.

La portavoz del Ejército israelí, el coronel Avital Leibovitz, señaló a Efe que las cámaras y teléfonos "fueron confiscados al principio de la operación, porque no sabemos lo qué hay en esos instrumentos y en el pasado hemos visto cámaras utilizadas para esconder bombas".

"Tenemos que comprobar todos los equipos para saber si hay algún material peligroso, porque sabemos que el IHH (organización turca y una de las principales impulsoras de la flotilla) es una organización terrorista", dijo la portavoz militar.

Miki Rosenfeld, portavoz de la policía israelí, manifestó que a la llegada de los activistas al puerto de Ashdod "se realizaron los chequeos de seguridad habituales" tanto a las personas como a todas sus posesiones, algo que, señaló, forma parte de "los procedimientos de seguridad estándar internacionales".

Por el momento, las únicas imágenes que se han difundido del asalto a los barcos han sido las distribuidas por el Ejército y el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí.

Entre estas, hay un vídeo que muestra como los soldados israelíes son atacados con palos al abordar el barco turco Mavi Marmara, que transportaba a la mayoría de los alrededor de 750 activistas internacionales que trataban de romper el bloqueo a la franja palestina.

Israel también ha difundido fotos y vídeos en los que enseñan lo consideran armas peligrosas que justifican la apertura de fuego contra los activistas, entre las que se incluyen cuchillos de cocina, llaves inglesas, destornilladores y otras herramientas, tuberías metálicas, palos de madera, pañuelos palestinos, tirachinas y canicas.

Alrededor de medio centenar de activistas han firmado la deportación voluntaria y han sido trasladados al aeropuerto de Ben Gurión, cerca de Tel Aviv, desde donde volarán a sus respectivos países.

Sin embargo, cientos de los activistas continúan sin identificarse o se niegan a ser deportados, por lo que se encuentran detenidos en la prisión de Elá, en la localidad de Beer Sheva, en el desierto del Neguev.