Oviedo, Efe / L. M. S.

La Unión Europea (UE) secundó ayer a Estados Unidos y aprobó sanciones contra Irán que van más allá de las medidas de castigo acordadas la semana pasada por el Consejo de Seguridad de la ONU en respuesta al reiterado desafío nuclear del régimen de Teherán.

La cumbre de líderes de la Unión decidió endurecer aún más las sanciones a Irán incluyendo medidas punitivas en el estratégico sector del gas y el petróleo, indicaron fuentes diplomáticas. Pese a ello, la UE recalcó su disposición a reanudar las negociaciones con Irán a fin de lograr un acuerdo para que su programa atómico se ciña a las exigencias de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA).

Los jefes de Estado y Gobierno comunitarios acordaron respaldar las nuevas sanciones incluidas en la resolución aprobada por el Consejo de Seguridad, así como «medidas de acompañamiento», entre las que figura la prohibición, para las empresas de países de la UE, de invertir en proyectos de petróleo y gas, así como las transferencias de tecnologías y equipos para este sector clave en la economía iraní.

Un día antes, EE UU había hecho lo mismo que la UE, con la que anunció que actuaba en coordinación. Al incorporar a su «lista negra» nuevas compañías y altos funcionarios iraníes, Washington prohíbe a sus ciudadanos realizar transacciones con ellos y ordena la congelación de los fondos que puedan tener en suelo norteamericano.

Las empresas del país apenas tienen contactos económicos con Irán, pero las sanciones hacen más difícil para compañías extranjeras llevar a cabo negocios con firmas iraníes, al cerrar el sistema financiero estadounidense.

Washington sancionó al Post Bank, un banco estatal que el régimen iraní presuntamente usa para llevar a cabo de forma oculta transacciones que antes realizaba mediante el Bank Sepah, que está en la «lista negra» de la ONU.

También tomó nuevas medidas contra cuatro entidades y dos individuos vinculados con la Guardia Revolucionaria, un cuerpo militar de elite al que acusa de desempeñar un papel «central» en el programa de misiles de Irán y en su respaldo al terrorismo.

Además, Estados Unidos impone sanciones contra cuatro empresas y más de 90 nombres de barcos usados por la compañía nacional de transporte marítimo de Irán, Islamic Republic of Iran Shipping Lanes (IRISL), para evadir los castigos a los que está sujeta desde el 2008, según Washington. Y aplicó medidas punitivas contra 22 compañías de energía y seguros, con sede dentro y fuera de Irán, que son propiedad o están controladas por el Gobierno de ese país.

Sin embargo, Rusia, que respaldó las sanciones de la ONU, alabó la disposición de Teherán de continuar el diálogo con Occidente y criticó las sanciones unilaterales aprobadas por Estados Unidos y la Unión Europea.