El Gobierno de Pakistán calculó hoy en 43.000 millones de dólares los daños causados por las devastadoras inundaciones de este monzón, pero sigue sin ofrecer a los donantes un ente supervisor de las ayudas internacionales, que rondan ya los 1.000 millones.

La cifra de daños la anunció hoy el primer ministro, Yusuf Razá Guilani, durante una reunión del Gabinete para abordar la crisis, en la que aseguró que las inundaciones que sufre el país desde finales de julio "han golpeado gravemente a la economía y la agricultura", según una fuente de su oficina consultada por Efe.

Guilani hizo hincapié en que las administraciones central y provinciales trabajen conjuntamente con la comunidad internacional para abordar una catástrofe en la que se han destruido total o parcialmente 1,2 millones de viviendas, en torno a un millar de puentes y 4.000 kilómetros de carreteras.

De hecho, la misión de realizar una evaluación de los daños causados por las inundaciones ha sido encomendada al Banco Mundial y al Banco Asiático de Desarrollo, que la semana pasada dijeron que habrán completado este objetivo hacia mediados de octubre, de cara a poner en marcha los planes de reconstrucción.

Los organismos humanitarios centran por ahora sus esfuerzos en la asistencia a las personas en situación más grave de los 17,2 millones de damnificados, para quienes ya se han recaudado más de 1.000 millones de dólares de la comunidad internacional.

Pero mientras Pakistán hace caja con nuevas donaciones, el Gobierno es incapaz de crear el prometido organismo independiente supervisor de las ayudas, supuesto garante de que no caen en manos corruptas.

La ONU urgió ayer a las autoridades a que tengan listo este ente antes del próximo día 19, cuando está convocada una nueva sesión de la Asamblea General para abordar la situación.

Guilani había anunciado a mediados de agosto la creación "con efecto inmediato" del Consejo Nacional de Supervisión de la Gestión de Desastres, que estaría compuesto por "destacadas personalidades de distintos ámbitos" con el cometido de garantizar "transparencia" en la distribución de las ayudas.

Una fuente diplomática occidental aseveró a Efe que el presidente, Asif Alí Zardari, es reacio a que el organismo tenga un "verdadero control" sobre los fondos recibidos, y es más partidario de que se convierta en algo "meramente simbólico".

El portavoz presidencial, Farhatullah Babar, consultado por Efe, desligó a Zardari del asunto y esgrimió que el bloqueo en la configuración del organismo se debe a las Administraciones provinciales, que todavía no han planteado sus propuestas, un extremo que suscribió también Guilani.