Oviedo, Luis MUÑIZ

Francia continuó ayer con las huelgas y protestas contra la reforma de las pensiones que promueve el Gobierno de Nicolas Sarkozy. Los estudiantes han tomado el relevo de los sindicatos y mantienen viva la llama del descontento, pero lo que más preocupa a los franceses es que de las doce refinerías del país, bloqueadas por los paros convocados por las centrales, no saliera ayer ni una gota de combustible.

En la mente de todos están las manifestaciones y huelgas que paralizaron el país en 1995. Entonces, el Gobierno del primer ministro Alain Juppé tuvo que dar marcha atrás y retirar, también, un plan de reforma de las pensiones.

No parece que Sarkozy tenga intención de recular, cuando faltan pocos días para que el Senado sancione su plan para retrasar de los 60 a los 62 años la edad mínima de jubilación. Pero, de momento, ayer tuvieron que cerrar sus puertas varios centenares de gasolineras por falta de combustible y los aeropuertos dejaron de recibir el queroseno que consumen los aviones.

Las protestas también provocaron el cierre del oleoducto que abastece París y se teme que la escasez vaya todavía a más, dado que miles de automovilistas hicieron acopio de combustibles en las gasolineras que encontraron abiertas.

Las protestas que se han registrado en las refinerías francesas durante toda la semana se prolongarán al menos hasta el próximo martes, cuando los sindicatos han convocado una nueva huelga general en todo el país. «El martes se ha convertido en el nuevo objetivo, no hay razón para volver a trabajar ahora», aseguró un portavoz del sindicato CGT, citado por «Reuters», que además invitó a los transportistas a secundar los paros.

Mientras tanto, los estudiantes bloquearon de nuevo centenares de institutos de Secundaria y protagonizaron enfrentamientos con la Policía, pese a que el ministro del Interior, Brice Hortefeux, había pedido moderación a los agentes. Con todo, un centenar largo de jóvenes fue arrestado en las protestas.

Por otro lado, el Gobierno de Sarkozy tenía hasta ayer para acatar la orden de la Comisión Europea de transponer íntegramente la directiva sobre libre circulación de personas en la Unión Europea (UE), después del escándalo por las expulsiones de gitanos.

Un portavoz del departamento de Inmigración dijo a «Efe» que habrá una «transposición integral» del texto de la directiva y se hará en diciembre por la vía de una enmienda, durante la tramitación de un proyecto de ley que se está discutiendo en la Asamblea Nacional y que endurece la lucha contra los «sin papeles» y agiliza su expulsión.

Sin embargo, el Ejecutivo francés sigue sin admitir que dio un trato discriminatorio a los gitanos rumanos y búlgaros que expulsó y anunció que presentará documentos para avalar su versión.