Oviedo / Londres,

L. M. S. / Agencias

El fundador de la web de filtraciones Wikileaks, Julian Assange, se entregó ayer a Scotland Yard y compareció ante un juez londinense que dictó contra él prisión preventiva hasta el próximo día 14. Ese día se celebrará la primera vista del proceso para su extradición a Suecia, país que le reclama por dos cargos de abuso sexual, uno de violación y otro de coerción.

Assange, australiano de 39 años, lleva en el ojo del huracán desde el pasado 28 de noviembre, cuando la web que dirige y cuatro diarios y una revista empezaron a publicar al alimón 251.000 cables diplomáticos del Departamento de Estado norteamericano.

La detención de Assange fue saludada como una «buena noticia» por el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, pero el portavoz de Wikileaks, Kristinn Hrafnsson, advirtió de que el arresto de su fundador no abortará la publicación de los documentos.

El fundador del portal y sus abogados en el Reino Unido, Mark Stephens y Jennifer Robinson, acudieron ayer por la mañana a una cita concertada con anterioridad en una Comisaría de Londres, donde Assange fue arrestado por la unidad de extradición de Scotland Yard en virtud de una euroorden.

Assange rechaza los cargos que le imputa la justicia sueca, dice que las relaciones sexuales que mantuvo en agosto en ese país fueron consentidas y ve detrás de todo el proceso una «maniobra política». Sin embargo, la fiscal superior sueca, Marianne Ny, niega haber recibido presiones «políticas o de otro tipo» para pedir el arresto.

Sea como fuere, el juez Howard Riddle del Tribunal de Magistrados de Westminster, en Londres, rechazó dejar al fundador de Wikileaks en libertad bajo fianza, a lo cual su defensa respondió que recurrirá. Además, Assange se opone a ser extraditado a Suecia porque teme que ese país le entregue luego a EE UU, donde algunos políticos han llegado a pedir su ejecución.

Durante la vista, la fiscal Gemma Lindfield, representantes de las autoridades suecas, detalló ante el magistrado los cargos de agresión sexual que se imputan a Assange. Pero el letrado John Jones, del equipo legal del australiano, recordó que antes de que la fiscalía de Gotemburgo «resucitara» el caso, el fiscal de Estocolmo lo desestimó por «falta de pruebas». En tales «circunstancias», según Jones, la extradición es una medida «desproporcionada».

Con todo, el juez Riddle afirmó que las acusaciones eran «extremadamente graves», aunque reconoció que no hay todavía suficientes detalles. «Si son ciertas, nadie podría argumentar que hay que conceder la libertad bajo fianza al defendido», explicó el magistrado. «Pero si son falsas (Assange) sufre una enorme injusticia si se le mantiene bajo custodia. En este momento, la naturaleza y alcance de las acusaciones no se conocen», añadió. El caso ha desatado una enorme atención mediática y nombres conocidos como el cineasta Ken Loach, el veterano periodista australiano John Pilger, defensor de los derechos humanos, o la millonaria Jemima Khan, hermana del diputado tory Zac Goldsmith, implicada en causas sociales, ofrecieron avalar la fianza de Assange.