Las tropas del régimen sirio volvieron hoy a bombardear el feudo opositor de Homs, en el centro del país, haciendo caso omiso a los llamamientos y medidas adoptadas ayer por la Liga Árabe para detener la violencia.

El activista de los opositores Comités de Coordinación Local (CCL) Hozam Ibrahim explicó a Efe que los "bombardeos indiscriminados" se reanudaron contra varios barrios de Homs, especialmente Bab Amro y Al Jalidiya.

Ibrahim, que también es miembro del Consejo Nacional Sirio (CNS), señaló que las fuerzas leales al régimen de Bachar al Asad bombardean la ciudad desde las afueras con tanques y ametralladoras.

En la ciudad, las comunicaciones están cortadas desde ayer, por lo que es difícil saber con precisión lo que ocurre y dar una cifra exacta de víctimas, según el activista.

Los CCL informaron en un comunicado de la muerte de tres personas en Homs, mientras que la opositora Comisión General de la Revolución Siria, documentó 13 fallecidos en toda la provincia, nueve de ellos en el barrio de Bab Amro, pero no pudo identificar a estas víctimas.

Este grupo informó de que el ejército reanudó también los bombardeos y disparos con mortero en la ciudad de Al Quseir, en Homs, mientras que los francotiradores abrieron fuego contra los habitantes de la zona.

También se vio afectado por las bombas la zona de Rastan, donde varias viviendas fueron destruidas, según la Comisión.

En la jornada posterior a que la Liga Árabe lanzara una nueva ofensiva diplomática para solucionar la crisis en Siria, la violencia se extendió a otras zonas del país, como la provincia oriental de Rif Damasco, donde entre cuatro y seis personas, según las fuentes.

Los ministros árabes de Exteriores decidieron ayer solicitar una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para crear una fuerza de paz integrada por miembros de ese organismo y de la Liga Árabe que compruebe sobre el terreno el alto el fuego en Siria.

La respuesta de Damasco no se hizo esperar y su representante ante la Liga Árabe, Yusef Ahmed, acusó a algunos de los miembros del organismo como Catar y Arabia Saudí de mantener posturas "hostiles" hacia Siria y de financiar a los grupos terroristas que actúan en el país.

Desde que comenzaron las protestas contra el régimen en marzo pasado, más de 5.000 personas han muerto por la represión gubernamental, según datos de la ONU, que ha dejado de contabilizar a las víctimas por las dificultades para verificar la cifra.