El Cairo / Amán, Agencias

Las fuerzas del régimen sirio emprendieron ayer una triple ofensiva contra los bastiones opositores, un día antes de que la Asamblea General de la ONU vote un proyecto de resolución, preparado por Arabia Saudí y Qatar, que condena la brutal represión en marcha en el país desde hace casi un año y respalda el plan de transición de la Liga Árabe.

El Ejército de Bachar al Asad bombardeó intensamente la ciudad central de Hama, donde inició un intenso asedio, y sus ataques alcanzaron un oleoducto en Homs, sitiada desde hace ya 11 días. Además, soldados de élite, apoyados por vehículos acorazados de transporte de tropas, irrumpieron en el centro de Damasco y registraron viviendas y practicaron detenciones.

Ésta es la mayor incursión militar en el centro de la capital desde que estalló la revuelta, en marzo del año pasado.

Los opositores Comités de Coordinación Local informaron de que Hama está completamente cercada y aislada, ya que todas las comunicaciones están cortadas. Esta misma fuente cifró en al menos 20 el número de muertos registrado en distintos puntos del país.

Hama, cuarta ciudad en importancia de Siria, fue el escenario de las protestas populares de 1982 contra el Gobierno de Hafez al Assad, padre del actual mandatario, que ordenó una larga y dura campaña represiva que se saldó con la muerte de más de 20.000 personas.

Entre tanto, el régimen convocó un referéndum sobre la nueva Constitución para dentro de once días en un tímido gesto de aperturismo que EE UU tachó de «irrisorio» y de «burla de la revolución siria». La consulta se celebrará el próximo día 26, y no en marzo, como estaba previsto, destacaron los medios oficiales sirios, en un burdo intento de dar legitimidad a un régimen que, según la comunidad internacional, ya la ha perdido.

El texto acaba con el monopolio del partido gobernante Al Baaz, cuyo jefe es Al Asad, y abre las puertas a la participación de otras formaciones políticas. Las elecciones legislativas se celebrarían en un plazo de 90 días desde la aprobación de la nueva Carta Magna.

Otro de los puntos clave es la limitación del mandato del jefe del Estado: éste será elegido por siete años y podrá concurrir sólo una vez más de forma consecutiva. Sin embargo, la norma se aplicará cuando termine el mandato del actual presidente, en 2014, por lo que Al Asad, de 46 años, podría permanecer en el poder hasta 2028.

Así las cosas, y en vísperas de la votación en la Asamblea General de la ONU -donde no existe poder de veto porque sus decisiones no son vinculantes-, la OTAN descartó participar en el despliegue de «cascos azules» que la Liga Árabe ha propuesto realizar de forma conjunta con Naciones Unidas. Francia anunció ayer que sí la apoya y reclamó además que se abran corredores humanitarios para atender a los civiles.