El Cairo / Washington

Al menos 101 personas murieron ayer en Siria, la mayoría en bombardeos de las fuerzas del régimen contra la ciudad central de Homs y la provincia septentrional de Idleb. Los comités de coordinación local informaron en un comunicado del fallecimiento de 55 personas en Idleb y 40 en Homs -tres de ellos menores-, los principales bastiones de la oposición.

El grupo opositor denunció una masacre en la zona de Yabal al Zauya de Idleb, fronteriza con Turquía, objeto de frecuentes ofensivas del régimen por ser refugio de militares desertores, informa «Efe».

En esa zona, las tropas leales a Bachar al Asad bombardearon e irrumpieron con tanques en las localidades de Ibdita y Eblin, donde una decena de viviendas fueron destruidas y las calles permanecen desiertas debido a los intensos disparos. En Ibdita, los comités denunciaron que siete hombres de una misma familia fueron detenidos, torturados y encerrados en una especie de cueva, que fue incendiada.

Entre tanto, la portavoz del Departamento de Estado de EE UU, Victoria Nuland, anunció que su país «considerará otras medidas» si la presión que ejerce la comunidad internacional sobre Damasco no desemboca en la caída del régimen de Al Asad. En este mismo sentido, la titular del departamento, Hillary Clinton, afirmó que la comunidad internacional debe estar preparada para la «presión creciente» contra el régimen sirio, lo que abre espacios para una transición.