Oviedo, Agencias / L. M. S.

Día de intensa actividad diplomática en Siria, y día también de brutal represión, que no cesó ni en atención a la visita del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan: al menos 63 personas, la mayoría de ellas en la provincia septentrional de Idleb, perecieron ayer víctimas de los tiroteos y los bombardeos de las fuerzas del régimen de Bachar al Asad.

El ex secretario general de Naciones Unidas se entrevistó en Damasco con Al Asad, quien, sin rechazar abiertamente el diálogo con los rebeldes, tachó a éstos de «terroristas armados que trabajan para propagar el caos y la inestabilidad», y añadió que, con ellos, «ningún diálogo o proceso político puede tener éxito», informa «Efe».

Annan encajó el golpe y, por la tarde, se reunió con los líderes de la oposición interna, a los que reconoció que su misión le llevará tiempo. Las siguientes etapas de su gira de mediación, cuando hoy abandone Siria, serán Qatar y Turquía.

Pero la visita de Annan no fue el único movimiento diplomático de la jornada: el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, informó en El Cairo de un acuerdo con la Liga Árabe para detener la violencia, y el organismo panárabe se apresuró a anunciar que llevará el plan, basado en cinco puntos, ante el Consejo de Seguridad.

«La situación es complicada, la Liga Árabe no puede imponer más medidas. Con Rusia y China podemos ir al Consejo de Seguridad, es lo máximo que podemos hacer», dijo el secretario general de la Liga, Nabil al Arabi, tras una reunión de los ministros de Exteriores árabes a la que asistió el canciller ruso.

La iniciativa estipula el cese de la violencia «sea cual sea su origen», la creación de un mecanismo neutral que supervise el alto el fuego y la no intervención extranjera, había explicado poco antes Lavrov. Además, prevé la llegada de ayuda humanitaria «sin obstáculos» y el respaldo a la misión de Annan para abrir un diálogo entre el régimen y la oposición basado en las resoluciones de ambos organismos. Annan había aclarado a Asad que es contrario a una intervención militar y a cualquier injerencia extranjera en los asuntos sirios, aunque le pidió pasos concretos para detener la violencia.