Beirut / Riad, Agencias

El Ejército Libre Sirio, principal organización insurgente sublevada contra el régimen del presidente Bashar al Assad, ofreció ayer un alto el fuego si el Gobierno retira sus carros de combate, unidades de artillería y armas pesadas de las zonas con presencia de la oposición.

«No podemos aceptar la presencia de tanques y tropas en vehículos acorazados entre la gente. No tenemos problema con el alto el fuego. En cuanto retiren sus blindados, el Ejército Libre Sirio no disparará ni un solo tiro», aseguró el teniente coronel Qasim Saad al Din en declaraciones telefónicas a «Reuters» desde Homs.

Otro oficial rebelde confirmó esta postura desde Damasco. «Cuando las bandas de Al Assad detengan el bombardeo y los asesinatos de civiles, nuestros líderes podrán emitir una orden de paralizar las operaciones y la cumpliremos para demostrar nuestra buena voluntad».

El Gobierno sirio, que nominalmente ha aceptado el plan de paz del enviado de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan, insistió por su parte en que solamente dará la orden de retirada de tropas de las zonas urbanas cuando se restablezca la normalidad y terminen los enfrentamientos.

En Riad, tras reunirse con los ministros de Exteriores de los países del Consejo de Cooperación del Golfo, la secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, pidió a Annan que fije un calendario para la aplicación de su plan, que prevé el cese inmediato de la violencia y el repliegue militar. Clinton justificó su petición puesto que «el Gobierno sirio, como es su costumbre, llega a acuerdos y después rechaza cumplirlos».

Mientras, Burhan Ghaliun, presidente del Consejo Nacional Sirio (CNS), que aspira a representar a la oposición al régimen de Asad, hizo ayer una primera autocrítica al pedir apoyo para el Ejército Sirio Libre y reconocer que la oposición política es lenta y está poco unida. «El punto débil es la oposición política: no es ni el Ejército Sirio Libre, ni el frente internacional ni los grupos que coordinan las manifestaciones en Siria, que son mejores que nosotros», reconoció. La confesión de Ghaliun llegó días después del último congreso del CNS, en el que varios grupos abandonaron la institución, y un día antes de la cumbre de los «Amigos de Siria», que arranca hoy en Estambul con la presencia de más de setenta países.