Budapest, Marcelo NAGY

El presidente de Hungría, Pal Schmitt, un aliado del primer ministro conservador nacionalista, Viktor Orban, anunció ayer en Budapest su dimisión después de que una Universidad húngara le retirara su título de doctor por haber plagiado gran parte de su tesis.

El proceso que culminó con la caída de Schmitt comenzó en enero pasado, cuando la revista «HVG» aseguró, tras analizar su tesis doctoral, que fue copiada de diversas fuentes sin ofrecer las citas pertinentes. La semana pasada, el Consejo de Doctores de la Universidad Semmelweis de Budapest publicó un informe en el que ratificó que gran parte de la tesis fue copiada. Posteriormente, el Senado de la misma institución decidió quitarle el título de doctor.

Schmitt, que es el primer presidente desde la caída del Telón de Acero que dimite sin terminar su mandato, ha asegurado que su tesis fue «un trabajo honesto» y que su conciencia «está limpia», por lo que recurrirá la medida ante la Justicia.

Por otra parte, ayer aseguró en el Parlamento que en 1992, cuando presentó su tesis, nadie le advirtió de esos errores durante el proceso para conseguir el título y recordó que su trabajo fue galardonado con la máxima nota, «summa cum laude».

Attila Juhász, analista del instituto Political Capital de Budapest, explicó a «Efe» que la situación del presidente se ha hecho «insostenible», por lo que la renuncia «no ha sido sorprendente». El analista opinó que, sin este paso, «el presidente se podría haber convertido en un peligro» para el Fidesz, el partido que gobierna Hungría con un poder casi total al disponer de una mayoría de dos tercios en el Parlamento. Fue precisamente el Fidesz quien designó a Schmitt y lo eligió en el Parlamento gracias a su mayoría cualificada.

Conflicto en el Fidesz

Según Juhász, en los últimos días el «caso Schmitt» causó conflictos hasta en el seno del mismo partido. Schmitt, de 69 años, llegó al cargo en 2010 gracias a los votos del partido gobernante y ya en su primer discurso prometió ser un «motor de las reformas» del gabinete de Orban. En los últimos dos años el presidente fue criticado por firmar controvertidas leyes, criticadas ampliamente por la UE y EE UU, que ponen trabas a la libertad de prensa y limitan la separación de poderes.

Schmitt había llegado a la política tras una exitosa carrera deportiva que le llevó a ganar dos medallas de oro en sable en los Juegos Olímpicos de México (1968) y Múnich (1972). En 1990 fue elegido presidente del Comité Olímpico de Hungría, cargo que ocupó hasta ser nombrado presidente. Desde 1993 hasta 1997 fue embajador de Hungría en Madrid y posteriormente en Berna. En 2004 fue elegido eurodiputado y desempeñó, hasta su elección como presidente húngaro, una de las vicepresidencias.

Ahora, el Parlamento de Hungría tendrá que elegir un nuevo presidente en el plazo de un mes. El escogido deberá tener al menos 35 años y necesita reunir el apoyo de más de dos tercios de los 386 diputados. Durante este mes el jefe de Estado interino será el presidente del Parlamento, László Kövér, quien también es uno de los posibles sucesores de Schmitt.

La prensa húngara aseguró ayer que el primer ministro Orbán ha explicado a su propio grupo parlamentario que el nuevo presidente del país debe situarse «más hacia la derecha» que Schmitt. Sobre este particular, el analista Juhász vaticinó que el nuevo presidente será seguramente «absolutamente leal» al Gobierno.

Agregó Juhász que con la dimisión de Schmitt el Fidesz «ha ganado en cierta forma dos años más» de poder absoluto en el Estado, ya que el nuevo mandatario ocupará el cargo hasta el año 2017, tres años después de las próximas elecciones legislativas.