Copenhague / Oviedo,

Efe / L. M. S.

A Pete Seeger le habría encantado sumar su voz y su banyo, pero, a su edad -93 años-, los viajes no sientan bien. Decenas de miles de personas corearon ayer en Oslo una composición del icono de la canción protesta, «My rainbow race», en la versión que de ella hizo el noruego Lillebjørn Nilsen en 1973, y se la dedicaron al ultraderechista Anders Behring Breivik, que la considera un ejemplo de «marxismo cultural» y del «lavado de cerebro» que se practica en las escuelas del país escandinavo.

La canción, enormemente popular en Noruega, se titula «Barn av regnbuen» («Niños del arco iris»), y hasta 40.000 personas, según la Policía, entonaron ayer sus estrofas bajo la lluvia en la céntrica plaza Youngstorget, en un breve acto cargado de emoción y que fue retransmitido en directo por la televisión pública NRK.

El propio Nilsen, de 62 años, se puso al frente de la pacífica, lúdica e irónica protesta, que surgió de una iniciativa popular lanzada en Facebook para irritar al extremista y autor confeso de la muerte de 77 personas el 22 de julio de 2011.

«Esto es una prueba de que el amor que surgió tras el 22 de julio nunca desaparecerá», dijo en la plaza Eskil Pedersen, líder de las Juventudes Laboristas, en cuyo campamento de verano en la isla de Utøya, 45 kilómetros al oeste de Oslo, Breivik cometió una matanza en la que murieron 69 personas, casi todos menores de 20 años.

Pedersen, que era uno de los principales objetivos de Breivik pero que pudo escapar en un bote, agradeció la masiva presencia y resaltó que «no estamos aquí por él, sino por todos nosotros».

El líder del Grupo Nacional de Apoyo a las víctimas del 22 de julio, Trond Henry Blattmann, cuyo hijo murió en Utøya, tuvo también palabras de agradecimiento para sus compatriotas, que hacen «que no nos sintamos solos».

Nilsen interpretó también la versión original de Seeger. «Barn av regnbuen» habla sobre la necesidad de aprender a vivir juntos, «cada hermana y cada hermano», compartiendo «el cielo azul y la tierra verde». Durante el juicio, Breivik puso esta canción como ejemplo del «marxismo cultural» impulsado, sobre todo, por el Partido Laborista, que «amenaza» la existencia del pueblo noruego y permite la «invasión» musulmana con su defensa del «multiculturalismo».

Tras el acto en Youngstorget, las miles de personas se desplazaron caminando y cantando «Barn av regnbuen» hasta los tribunales de Oslo donde se está juzgando a Breivik y en cuyo exterior colocaron rosas en recuerdo de las víctimas.