Gaza / Jerusalén, Agencias

Otros cinco palestinos murieron ayer en los bombardeos del Ejército israelí en Gaza, lo que eleva a 23 las víctimas mortales y al menos a 70 los heridos desde el comienzo, el pasado viernes, de la mayor espiral de violencia en la región desde el pasado mes de agosto.

Los últimos ataques acabaron con la vida de dos civiles de la misma familia en el campo de refugiados de Yabalia, un menor de 17 años en Beit Lahiya y dos milicianos en Jan Yunes, informa «Efe». Los dos civiles, Mohamed al Hesumi, de 65 años, y su hija Fayza, de 30, perdieron la vida cuando un misil israelí impactó en su casa, indicó el portavoz de los servicios de emergencia en Gaza, Adham Salmiya.

Una portavoz del Ejército israelí dijo a la misma agencia que «momentos después del disparo de cohetes contra Gedera y Ashdod (ciudades de Israel próximas a la frontera con la franja) fue atacado el lugar en el norte de Gaza desde donde se habían lanzado» los proyectiles.

Horas antes, de madrugada, habían muerto los dos milicianos y el adolescente.

Con las víctimas de ayer son ya 23 los palestinos muertos -cinco de ellos civiles- desde que Israel eliminara el viernes al secretario general de los extremistas Comités de la Resistencia Popular, Zuhair al Qaisi, un asesinato selectivo que justificó asegurando que preparaba un gran atentado.

Desde entonces el sur de Israel está bajo una lluvia de cohetes lanzados desde Gaza y las localidades israelíes en un radio de 40 kilómetros alrededor de la franja se encuentran en estado de emergencia. Una portavoz militar dijo que ayer habían caído en suelo israelí 41 cohetes y otros 23 fueron derribados por el sistema antiaéreo «Iron Dome». El Ejército judío ha contabilizado desde el viernes 153 impactos de cohetes.

Se trata de la mayor ola de violencia en la zona desde agosto y la segunda mayor tras el fin de la «operación Plomo fundido», en diciembre de 2008 y enero de 2009, en la que murieron más de 1.400 palestinos, la mayoría civiles.

Los Comités de la Resistencia Popular y la Yihad Islámica rechazaron una tregua que trata de negociar Hamás con el argumento de que aún necesitan tiempo para vengar la muerte de sus compañeros. Pero el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, advirtió de que su Ejército está «preparado para ampliar sus operaciones» si no cesa el lanzamiento de cohetes.