Oviedo / París, E. F. / Agencias

Francia amaneció ayer conmocionada por la matanza del lunes en una escuela judía de Toulouse, que ha desplazado de las primeras planas la campaña para las presidenciales, suspendida al menos hasta hoy. El país se acostó, además, atemorizado por la advertencia policial de que el asesino, buscado por doscientos policías, puede volver a actuar en cualquier momento.

La del lunes ha sido la mayor matanza antisemita en Francia desde que en 1982 seis personas murieron a golpe de tiros y granadas en un ataque a un restaurante judío de París. Tres niños judíos y un rabino fueron asesinados ante el colegio tolosano Ozar Hatorah por un individuo delgado, de 1,75, que utilizó un arma con la que el jueves se había matado en Montauban a dos militares de origen magrebí. El arma había sido utilizada también el pasado domingo para acabar en Toulouse, cuyos policías locales han vuelto a portar armas, con un militar antillano.

En los tres casos el asesino utilizaba un «scooter» robado para desplazarse, por lo que la prensa francesa lo conoce ya como «el asesino de la moto», aunque podría no tratarse de la misma persona sino de varios cómplices. De hecho, los testigos de los dos primeros ataques aseguran que el vehículo era negro, mientras que los de la masacre, cuyas víctimas serán enterradas en Jerusalén, sostienen que la moto era blanca.

«Estamos ante un individuo extremadamente determinado, con mucha sangre fría y con objetivos extremadamente definidos», afirmó el fiscal jefe de París, François Molins, quien dirige la investigación. Molins recordó que, por el momento, el asesino ha matado cada cuatro días. La alerta antiterrorista en la región de Toulouse se ha elevado del nivel rojo, en el que estaba desde los atentados de Londres de 2005, al nivel escarlata, el máximo, nunca antes utilizado.

Molins agregó que aún «no se ha abandonado ninguna pista», ni la del integrismo islámico ni la de los tres ex militares expulsados del Ejército por comportamientos neonazis en 2008, pese a que fuentes policiales citadas por medios franceses habían indicado a primera hora de la tarde que había sido descartada tras interrogarlos.

El fiscal precisó que por el momento no ha habido detenciones, aunque añadió que se han practicado «cientos de interrogatorios». Un nuevo detalle escalofriante se añadió ayer a la investigación: el asesino llevaba atada al pecho mediante correas una cámara de vídeo, por lo que es muy probable que haya grabado la ejecución de sus víctimas, aunque las autoridades no están por completo seguras.

Dentro de la oleada de condenas internacionales a la masacre se ha producido un incidente relacionado con unas declaraciones de la Alta Representante de la UE, Catherine Ashton, quien el lunes, en un foro de la agencia de la ONU para los palestinos, recordó varias matanzas, entre otras la de Toulouse y la de jóvenes en Gaza. Diversos dirigentes israelíes han protestado enérgicamente, obligando a Ashton a precisar que no trazó «ningún tipo de paralelismo».