Toulouse, Agencias

Una semana después de ser abatido a tiros por la Policía, Mohamed Merah, asesino confeso de siete personas en Toulouse y Montauban (sur de Francia), fue enterrado ayer en el sector musulmán del cementerio de Cornebarrieu, situado a las afueras de Toulouse, en una ceremonia íntima a la que asistieron algunos familiares.

El entierro de Merah en Francia se produjo después de que las autoridades de Argelia rechazaran, por motivos de seguridad, que el sepelio tuviera lugar en su territorio, tal y como había solicitado su padre, que vive en ese país magrebí. Una treintena de allegados de Merah asistieron a la inhumación, que se desarrolló en medio de importantes medidas de seguridad.

A lo largo de toda la jornada se había especulado con diferentes opciones sobre el entierro del conocido como asesino de Toulouse, autor de la muerte de tres militares, tres niños judíos y un rabino.

La familia pidió inicialmente que fuera enterrado en el pueblo en el que vive su padre en Argelia, pero las autoridades de ese país alegaron motivos de seguridad para impedirlo. Además, resaltaron que Merah no tenía la doble nacionalidad, por lo que tuvo que suspenderse el traslado del cadáver desde Francia, que estaba previsto hacer en un vuelo regular que iba a despegar a las 13.13 de ayer del aeropuerto de Toulouse.

Ante esa negativa, la familia decidió que fuera inhumado en la ciudad del sur de Francia, lo que contó con el rechazo del alcalde, el socialista Pierre Cohen. El edil pidió que se retrasara 24 horas el sepelio y que entre tanto se buscaran otras soluciones, al considerar que no era «muy oportuno que se le entierre en el lugar en el que ha cometido sus crímenes».

En la polémica intervino el presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien durante un viaje de la campaña para las presidenciales, pidió una solución rápida. «Era francés. Que sea enterrado y que nadie polemice sobre esto», señaló. La prensa francesa indicó ayer por la tarde que, además de esas palabras, el jefe del Estado presionó directamente al alcalde de Toulouse que, finalmente, dio su brazo a torcer.

Entre tanto, nuevos elementos de la investigación de las matanzas apuntan a la existencia de un segundo cómplice de Merah, además de su hermano Abdelkader, que está encarcelado, revelaron ayer varios medios de comunicación franceses.

El primer elemento es un coche encontrado el pasado miércoles en Saint Papoul, a 60 kilómetros de Toulouse, donde llevaba abandonado varios días. En el interior se encontró un casco y partes de la carrocería de una moto Yamaha TMAX, como la utilizada por Merah para sus asesinatos.

La cadena de televisión France 3, citando fuentes de la investigación, señaló que podría tratarse del coche utilizado por «un tercer hombre» para huir, después de haber enviado por correo a la cadena de televisión catarí Al Yazira los vídeos de las matanzas filmados por el propio Merah.

Además, el diario «Le Parisien» afirmó que el hermano encarcelado de Merah declaró durante los interrogatorios policiales que el día en que robó con su hermano la moto había un tercer hombre, aunque no quiso precisar su nombre ni pistas adicionales para identificarlo.

Por otra parte, el Gobierno francés ha prohibido la entrada en el país a cuatro participantes en un congreso de la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF), por considerar que su postura y declaraciones atacan los valores de la República. Sarkozy anunció el martes que impedirá la entrada de los predicadores que atacan los valores esenciales de Francia y aseguró que está determinado a acelerar los procedimientos de expulsión.

«En un momento en el que Francia es golpeada por extremistas que la atacan en nombre de ideologías o de creencias desviadas, es capital que las libertades se ejerzan en el marco de la ley y en el respeto de nuestros valores fundamentales», afirmó un comunicado oficial.