Nueva York / El Cairo, Agencias

El embajador de Siria ante la ONU, Bashar al Jafari, anunció ayer que su Gobierno ha aceptado el 10 de abril como fecha límite para la aplicación del plan de seis puntos del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, e instó a los insurgentes a cumplir con la condición de detener sus operaciones armadas en un plazo de 48 horas tras esta fecha.

El plan busca un cese de las hostilidades bajo supervisión de la ONU, la puesta en libertad de los detenidos en las protestas antigubernamentales y el envío de ayuda humanitaria, pero no alude a cambios de régimen, ya que considera que es decisión del pueblo sirio mantener o no al presidente Bachar al Asad en el poder.

El propio Annan trasladó ayer mismo al Consejo de Seguridad de la ONU esta aquiescencia del régimen de Asad, que implica que en la citada fecha el Ejército deberá haberse retirado de las ciudades sirias.

«Los sirios nos han dicho que han puesto en marcha un plan para retirar sus unidades militares de las zonas pobladas y sus alrededores. Este plan comenzó el domingo, el día que recibimos la carta, y concluirá el 10 de abril», explicó el portavoz de Annan, Ahmad Fawzi, a la agencia «Reuters» en Ginebra, después de que Annan se dirigiera por videoconferencia a puerta cerrada al Consejo de Seguridad.

La presidenta de turno del Consejo y embajadora de Estados Unidos, Susan Rice, explicó tras la reunión: «Annan ha dicho que está a la espera de más detalles por parte del Gobierno sirio en lo relativo a otros aspectos del plan de paz, incluyendo el acceso humanitario, el cese de hostilidades dos horas cada día, así como el acceso de los medios de comunicación y también sobre pormenores del proceso de reforma política».

Durante su informe al Consejo, el ex secretario general de la ONU señaló que también ha instado a la oposición a que ponga fin de inmediato a sus operaciones. El Ejército Sirio Libre, principal fuerza armada opositora a Asad, aseguró el sábado que en cuanto el Ejército se retire ellos cesarán sus ataques.

Rice añadió que todos los miembros del Consejo dieron «su apoyo a Kofi Annan», aunque también indicó que algunos expresaron «escepticismo» respecto a la «buena fe» de Damasco.

Sobre el terreno, y pese al nuevo compromiso de Asad con Annan, el Ejército prosiguió los bombardeos de focos opositores en el centro y el sur del país, causando 47 muertes, según fuerzas de la oposición. Además, se encontraron 75 cadáveres sin identificar en la cámara frigorífica del Hospital Nacional de la ciudad de Homs.

Por otra parte, Rusia, el principal aliado de Siria en la ONU, marcó ayer claras distancias con la II Cumbre de Amigos de Siria, celebrada el pasado fin de semana en Estambul. La cumbre reconoció a la oposición del Consejo Nacional Sirio (CNS) como el principal interlocutor de todos los sirios. Rusia, que ha vetado en el Consejo de Seguridad dos resoluciones de condena a Siria, advirtió ayer de que el grupo Amigos de Siria no puede sustituir al Consejo de Seguridad como instancia de la que emana la legitimidad internacional para adoptar medidas contra el régimen de Bachar Al Asad o dar reconocimiento diplomático a la oposición.