Túnez, Agencias

Agentes antidisturbios de la Policía tunecina se enfrentaron ayer a unas 2.000 personas que intentaban tomar la céntrica avenida Habib Burguiba para protestar contra el actual Gobierno liderado por la formación islamista En Nahda, pese a la prohibición oficial de manifestarse en esta zona de la capital, epicentro de las manifestaciones que, en enero de 2011, forzaron a huir del país al presidente Ben Alí.

La manifestación coincidió con la celebración del «Día del martirio», que conmemora la represión de 1938 efectuada por las fuerzas de seguridad francesas contra los movimientos independentistas. A su llegada al Ministerio del Interior, la Policía lanzó gases lacrimógenos contra los manifestantes.

«El pueblo quiere la caída del régimen», cantaron los manifestantes retomando el lema de las protestas del pasado año que desencadenaron la llamada «primavera árabe».

El islamista En Nahda, que consiguió ser la formación más votada en las elecciones de octubre de 2011, ha recibido críticas por no mejorar las condiciones económicas del país y por intentar establecer la ley islámica, la «sharia», como fuente del derecho tunecino.

Los manifestantes relacionan a En Nahda con la familia Trabelsi, a la que pertenece la mujer de Ben Alí, Leila Trabelsi, y a la que culpaban de la corrupción gubernamental. «El pueblo no quiere a los nuevos Trabelsis», gritaron los manifestantes.

Los grupos opositores denunciaron que En Nahda envió a la concentración a sus seguidores para poder identificar a los manifestantes. Pero el partido negó las acusaciones y aseguró que el grueso de sus simpatizantes celebró otra manifestación en una localidad diferente.

Entre tanto, en Yemen, los combates entre el Ejército y milicianos vinculados a Al Qaeda en las inmediaciones de una base militar en la localidad de Lawdar, en el sur del país, dejaron al menos 38 muertos, según informaron residentes y fuentes gubernamentales locales.

Los enfrentamientos comenzaron al amanecer, cuando milicianos del grupo Ansar al Sharia (los Partidarios de la Sharia, en árabe) atacaron una base militar en la provincia de Abyan, a 120 kilómetros de Adén.

Esta milicia islamista ya había logrado hacerse con buena parte de Abyan durante la revuelta que derivó en la renuncia del presidente, Alí Abdalá Saleh, que cedió el poder a su vicepresidente, Abd Rabbu Mansur Hadi.