Tokio

Corea del Norte confirmó ayer que ha completado los preparativos para el polémico lanzamiento en los próximos días de un cohete de largo alcance, mientras países vecinos como Japón y Corea del Sur aumentan las medidas de precaución.

Las autoridades norcoreanas rechazaron las acusaciones de que el lanzamiento encubra una prueba para desarrollar misiles de largo alcance y reiteraron que la misión tiene fines exclusivamente científicos, algo en lo que no creen EE UU ni sus aliados.

Tokio y Seúl avisan de que si el plan espacial norcoreano se ejecuta, llevarán el caso al Consejo de Seguridad de la ONU, que podría analizar la puesta en marcha de sanciones aún más duras contra Pyongyang.

En medio de la tensión, los países de la región han extremado las precauciones ante las posibilidad de que el cohete se desvíe de su ruta prevista, y tanto Corea del Sur como Japón aseguran que están preparados para derribarlo en caso de que suponga una amenaza.

En principio, se espera que la primera parte del fuselaje del proyectil caiga en aguas a unos 275 kilómetros al sur de Seúl, mientras que la segunda caería en el mar frente a la costa oriental de Filipinas.

El Ministerio japonés de Defensa ha desplegado baterías antimisiles en el centro de Tokio.