Afganistán volvió a vivir ayer una jornada sangrienta con ataques talibanes contra objetivos civiles y militares que dejaron al menos 21 muertos y decenas de heridos, mientras el Ejército continúa sus incursiones en "zonas inseguras" con el resultado de al menos medio centenar de insurgentes muertos.

Los talibanes lanzaron en las últimas horas al menos cuatro ataques -dos en Kabul, uno en el suroeste del país y otro en el este- contra diferentes objetivos en un momento complicado para Afganistán, donde la actividad insurgente se ha intensificado a medida que se acerca la fecha de la salida parcial de la OTAN.

En uno de los atentados registrados en la capital, al menos seis militares murieron y 17 personas -entre civiles y uniformados- resultaron heridas cuando un hombre a pie y portando explosivos se lanzó contra un autobús con soldados y oficiales del Ejército haciendo detonar la carga.

El incremento de la violencia se produce a punto de finalizar, el 31 de diciembre, la misión aliada, la ISAF. No obstante, EE UU prevé mantener unos 10.000 soldados hasta 2024 y la OTAN continuará en el país con entre 3.000 y 4.000 militares con un nuevo rol de asesoramiento. Casi 500 de ellos serán españoles.