Después de la masacre, del peor atentando terrorista en Francia en 40 años, los testigos sacan fuerza y van narrando el espanto que vivieron. Laurent Léger fue uno de ellos, periodista también de 'Charlie Hebdo', que salió bien parado de milagro.

"Al principio creí que eran petardos. Después entendí que no y aún me pregunto cómo pude escapar...La puerta estaba abierta. Un tipo entró gritando Allahou Akbar. Parecía del GIGN o del RAID. Llevaba pasamontañas e iba totalmente de negro. Portaba un arma que sujetaba con las dos manos", relata.

"Disparaba a discreción. Pronunció un momento el nombre de Charb y después de los disparos, el olor a pólvora...Algunos segundos y todo el mundo al suelo, disparaba al grupo a todos...", recuerda.

Léger sigue narrando cómo se quedó acurrucado. Veía a los compañeros en el suelo, el ruido de las detonaciones. Después, un largo silencio. Los compañeros del periódico estaban muertos.

Explica que el agresor volvió entonces a salir a la calle, y habló un momento con otra persona. "Entendí que le decía que no disparará contra las mujeres, pero había ya una muerta en la sala de reunión", dice. "Era una aberración, era irreal. Una fantasía", decía el periodista, mientras ayudaban a los heridos. "Todo esto en pleno centro de París, en un periódico", se lamenta.