El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, anunció ayer que convocará un referéndum si el acuerdo que finalmente se alcance con los acreedores y el eurogrupo es contrario al programa con el que su partido, Syriza, ganó las elecciones en enero.

En su primera gran entrevista televisiva tras la victoria en las urnas, Tsipras descartó de plano la convocatoria de elecciones, pero advirtió que si su Gobierno se ve obligado a aceptar un acuerdo que "está fuera de nuestro mandato", no tendrá "derecho a violarlo, así que la solución a la que lleguemos tendrá que ser aprobada por los ciudadanos griegos".

El primer ministro, sin embargo, no cree que la sangra llegue al río: "Estoy seguro de que no llegaremos a ese punto. No debemos caer en el pánico. El que se asusta en este juego pierde".

El Gobierno heleno debería llegar a un acuerdo con el ahora llamado Grupo de Bruselas -es decir, las tres instituciones de la "extinta" troika: Comisión Europea, BCE y FMI- antes de que el eurogrupo celebre su próxima reunión, el 11 de mayo. Sin ese acuerdo, Atenas no recibirá el último tramo del segundo rescate (7.200 millones de euros) y necesita urgentemente el dinero para, entre otras cosas, devolverle en mayo 750 millones al FMI.

En la entrevista, Tsipras no dio detalles de las negociaciones con los acreedores, pero sí admitió grandes diferencias en asuntos como la restauración de los convenios colectivos o la subida del IVA en las islas. El "premier" respaldó a su ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, y atribuyó las acerbas críticas de sus homólogos a que, como economista, "habla mejor su idioma que ellos".

Tsipras relevó el lunes a Varufakis como coordinador del equipo negociador y le sustituyó por un político de perfil más diplomático, Euklidis Tsakalotos, "número dos" de Exteriores, y Bruselas cree que las conversaciones son ya "más productivas". Varufakis ofreció ayer una amnistía fiscal a quienes acepten declarar sus depósitos en el extranjero.